sábado, 31 de diciembre de 2011

SUECIA DIA 3: ESTOCOLMO

ESTOCOLMO 


 La capital de Suecia, Estocolmo, es una ciudad preciosa. Con sus numerosas islas que la forman  abierta el mar, hace un paisaje bastante diferente a las demás ciudades europeas. Tiene 1.8 millones de habitantes bien repartidos y según dicen, es una de las ciudades más limpias y menos contaminadas. En su momento, fue el puerto comercial más importante de la zona y su nombre provenía de otras palabras que significaban "ciudad sobre una isla" o bien "ciudad sobre un puente". Al principio, las casas eran todas de madera, pero habían muchos incendios, así que se acabaron sustituyendo la madera por la piedra. Es la ciudad donde cada año se celebran y se otorgan los famosos y prestigiosos premios nobel.


QUÉ VER: 
No es fácil  orientarse en Estocolmo por las numerosas islas que hay. Lo mejor es dividir la visita en barrios y zonas e ir descubriéndolos poco a poco.

- Gamla Stan (el casco antiguo): Castillo Real, Slottsbacken (gran plaza abierta al mar al lado del castillo), la catedral, el Museo del Nobel, Järntorget (otra bonita plaza), Stortorget (quizá la calle más famosa del casco antiguo)

- Norrmalm, el barrio más moderno, con sus centros comerciales, tiendas, hoteles y la plaza Sergels Torg, Norrmalmstorg (de nuevo otra plaza), la casa de la cultura.

- El Nationalmuseum

- Kungsholmen: donde se encuentra el símbolo de la ciudad: el Ayuntamiento.

-Södermalm: Slussen (un gran puente),  Hornsgatan (una calle con mansiones de finales del siglo XIX y principios del XX), Katarinavägen (una calle con vistas muy bonitas al mar y donde se encuentra la Fjällagatan, una calle típica nórdica que recuerda a Fjällbacka y los pueblos de alrededor), Skogskyrkogarden (un complejo de arte funerario y un cementerio patrimonio de la UNESCO)

- Östermalm: Stureplan (una moderna plaza y calle con tiendas) y el museo etnográfico.

- Djurgarden: Nordiska Museet (un museo nórdico con piezas de arte, mobiliario, trajes y demás), Vassamuseet (donde se exhibe a través de un cristal para que no se deteriore, el "Vasa", una enorme nave de guerra que mandó construir el rey Gustavo Adolfo II y que se hundió poco después de partir en su primer viaje en 1628 y que recuperaron del fondo del mar en 1961. Además de esto, está documentado todo lo que ocurrió, utensilios, etc), Skansen (un museo al aire libre creado en 1891 en un parque con un montón de edificios tradicionales, con animales, una iglesia de madera, una granja lapona, molinos de viento, piedras rúnicas, monumentos megalíticos y tiene también un aquarium)



12 DE SEPTIEMBRE DE 2011

 
El despertador toca diana a las 7:00 de la mañana y, tras desayunar unas galletas que compramos el día anterior, nos ponemos rumbo a Estocolmo. El camino es agradable porque aunque es autopista, una parte transcurre por la orilla de diversos lagos, bosques y bonitos paisajes. Además no hay peaje! Según habíamos visto por Internet, en la guía, en el GPS y en varios carteles que vemos, hay que pagar un peaje para entrar en la ciudad, pero nunca llegamos a encontrárnoslo. No lo entiendo. Pero mejor, así no lo pagamos. Un gasto menos. 




Nada más entrar en la ciudad, empezamos a apreciar las bellas vistas, las distintas islas que forman la capital y el famoso ayuntamiento. Se empieza a nublar el día. Dejamos el coche en un parking que encontramos en una calle bastante comercial, que cuesta la friolera de más de 6 € la hora. ¡¡ Y me quejaba yo de Barcelona!! Esto es Suecia, chicos, y la palabra "barato" es casi una utopía. Cuando salimos a la calle ya está lloviendo. Se trata de la misma lluvia fina que nos cayó en Göteborg. Esperamos que no dure mucho. Buscamos alguna oficina de turismo para hacernos con un plano de la ciudad y enseguida lo encontramos. Salimos a una plaza en la que por lo visto deben haber unas jornadas gastronómicas, ya que hay un  montón de puestos de varios países: España, Alemania, Italia, Polonia, Australia,... En la de España hay paella, fideuá y churros, aunque no confiamos demasiado en la calidad final. La que tiene muy buena pinta es la comida polaca. En el puesto de Australia puedes comer hamburguesa a la plancha de koala, canguro, avestruz y cocodrilo. Nosotros nos decidimos por un buen bratswurt alemán con ketchup y curry y un panecillo en forma de lazo (brezel) con bacon, queso y orégano por encima. Ala, ya hemos comido y baratito.

De repente cesa la lluvia y el cielo se limpia de nubes, dejando salir al sol que lo ilumina todo con sus rayos, dejándonos ver lo bonita que es la ciudad. Qué bonito es Estocolmo. Empezamos a recorrer las callecitas empedradas del centro, pasando por el castillo y un montón de sitios más. Vemos bien el Gamla Stad (el casco antiguo), haciendo un montón de fotos y entrando en las numerosas tiendas de souvenirs que oh, milagro!, son más baratas que en Göteborg, quizás porque hay más competencia. 





Al final, salimos a una salida hacia el mar, donde se ven más islas. Nos pegamos una buena caminata hasta llegar a Fjällagatan, una calle inspirada en las calles de Fjälbacka, que la verdad me decepciona un poco porque esperaba más, aunque no está mal. Podríamos haber ido en metro, pero preferimos caminar para ver Estocolmo en todo su esplendor. No nos arrepentimos, aunque quizás nuestros pies sí. Desde esa parte también hay unas preciosas vistas de la ciudad.





De ahí llegamos al famoso ayuntamiento. Está pegadito al agua, y de hecho la mejor foto se debe hacer desde algún barco, pero yo me contento con hacerla desde otro ángulo y ya está. Paseamos un rato por la zona interior y emprendemos el camino de vuelta al parking. Son ya casi las 7 de la tarde y aún nos quedan dos horas de camino hasta Gävle, donde nos espera nuestra amiga Baldesca para cenar. Yo me quedo con las ganas de estar más rato. 5 Horas me saben a poco y además me ha quedado por ver Skansen, a ver si mañana venimos. Nos ha encantado: una ciudad muy diferente a las demás europeas y muy pero que muy bonita. Volveremos.


Pagamos el parking, el cual nos cuesta la friolera y nada despreciable cifra de 33 € y pico. A las 7 salimos hacia Gävle y seguimos viendo buenos paisajes, aunque pronto oscurece. A las 9 llegamos y nuestra amiga nos espera con la cena preparada: pollo al horno con patatas panadera. ¡¡Menudo recibimiento!! Aunque también se pone muy contenta cuando le damos nuestros regalos: vodka, ron y jamón del bueno. Se pone como loca de contenta. Baldesca es ingeniera industrial pero se está especializando en todo lo que son recursos sostenibles ecología y tal aplicado a la ingeniería (corrígeme si me equivoco, amiga) y se ha ido durante un año a hacer un master allí. Está encantada y no me extraña. El piso está muy bien, aunque es un pelín frío. Su compañera de piso es Finlandesa y un poco rara, tenemos poco trato con ella, aunque se presenta bastante amistosamente.


De nuevo nos vamos tarde a dormir: llevamos tiempo sin vernos y hay muchas cosas que contar, especialmente ella, así que nos dan las 2 de la mañana charlando. Ella tiene su propia habitación, pero Javi y yo dormiremos en el comedor en dos colchones que nos ha dejado una amiga de Baldesca que vive en el bloque de al lado, Melanie, que es alemana y tiene una litera en el comedor. Sí, extraño pero cierto, pero nos va de coña para dormir.
 

jueves, 8 de diciembre de 2011

FOTOS DE LA COSTA DE BOHUSLÄN


SUECIA DIA 2: COSTA DE BOHUSLÄN

11 DE SEPTIEMBRE DE 2011


A las 11:30 suena mi despertador. Nos hubiera gustado levantarnos antes pero hubiera sido imposible. Después de estar 24 horas sin dormir y con tanto cansancio acumulado. Hemos dormido unas 8 horas y media y sinceramente, pensé que iba a estar mucho más cansada, pero me siento muy bien. Es demasiado tarde para desayunar en el hotel. Nos pegamos una ducha y miramos a ver pero no tenemos ningún bar ni súper cerca para comprar nada, lo único que tenemos al lado es un Burger King. Y aunque no es lo que más apetece en ese momento, como tenemos hambre comemos. 



Sobre las 13:30 empezamos el camino hacia Fjällbacka, un bonito pueblo de pescadores típico nórdico y haremos una pequeña ruta por una carretera costera donde hay unos pequeños fiordos. A mí me hace especial gracia porque hay una escritora sueca, Camilla Läckberg, la cual basa casi todas sus historias entre este pueblo y Uddevalla. Es la autora de libros como "Las hijas del frío", "La princesa de hielo" o el más reciente, "Crimen en directo" y me encanta. Está a 135 km de Göteborg dirección Noruega. La verdad es que el día no pinta nada bien: llueve y hay mucha niebla y el cielo está muy negro, pero aún así vamos hacia allí. El pueblo no tiene mucho pero es bonito y pintoresco, con sus casitas de pescadores típicas y un puerto. En frente hay un montón de islas pequeñas y es un sitio donde en verano hay mucha actividad y muchos turistas, pero claro, la temporada ha acabado y ahora la verdad es que está bastante muerto. Veo la oficina de turismo para preguntar qué ver y qué hacer por la zona, ya que la guía dice poco pero está cerrada. Lo único que encuentro abierto es una tienda y le pregunto a la señora pero me dice que la oficina sólo abre en verano y que ahora no hay nada. Pues nada, qué le vamos a hacer. Compro unas postales en la tienda, aparcamos el coche en un sitio gratis (increíble pero cierto) y damos un paseo.


Sale el sol. Ese día aprenderíamos que en Suecia, por lo menos en septiembre, el tiempo cambia de un momento a otro y que si te levantas lloviendo, no te preocupes que después saldrá un sol radiante con un cielo azul precioso, y que si te levantas con buen día, acabará estropeándose tarde o temprano. Enseguida el cielo se limpia y queda un día maravilloso que durará toda la tarde. Vemos como una montaña con unas escaleras para subir y subimos. Debe haber una buena vista desde allí. En efecto, la vista es genial. Se ven muy bien todos los islotes que hay frente a la costa. Seguro que en verano hay un montón de excursiones en barco que hacen un recorrido por las islas. Hacemos unas cuantas fotos, tanto a Fjällbacka como a una cascada que cae de la montaña y que lo hace un sitio muy bonito, la verdad.


Después volvemos a coger el coche y emprendemos el camino de vuelta por una carretera preciosa que bordea la costa. A veces casi puedes tocar el agua con la mano desde el coche. Paramos a menudo para ver las vistas y los pueblecitos que nos vamos encontrando. Un lugar totalmente recomendable que nos encanta. Vemos las típicas escenas nórdicas: casas de madera roja con el embarcadero de madera delante con alguna barquita amarrada y bosque por detrás. Precioso!! También vemos un sitio en Smögen muy curioso con unas calas de rocas muy redondeadas y con escaleras y todo para poder bañarse en verano, aunque el agua debe de estar bastante fresquita...
Siguiendo esa ruta llegamos a las 19:00 al hotel. Llamamos a Miguel porque los invitamos a venir con nosotros hoy, pero sus padres llegaban de España y querían recibirlos. Así nos despedimos, ya que mañana nos vamos a Estocolmo. Nos dice que vayamos a su piso y así nos lo enseña, que está muy cerca de donde viven sus padres y su hermana. Como solo es un momento, aparcamos el coche pero no pagamos. El piso de Miguel es pequeñito pero apañado. Vamos a conocer a sus padres y a despedirnos de su hermana. Hoy lo vamos a invitar a cenar, pero Teresa no puede acompañarnos. Nos presenta a sus padres: Jose Miguel, que es cántabro, de Torrelavega, y Anneta, su madre, que es sueca. Ellos ya han cenado, pero Jose Miguel se viene con nosotros. Miguel nos lleva a un restaurante griego que está en la Avenyn, donde trabaja un amigo suyo como cocinero. Es un sitio muy cool. Para picar nos ponen olivas negras, Satziki, all i oli y una salsa roja con huevo duro por encima, queso y pan con tomillo. Para comer, pido la sugerencia de Miguel: cordero con una salsa de vino y que lleva de acompañamiento una especie de rollito de primavera relleno de una pasta de almendra y boniato. De postre, pastel de queso mascarpone con sorbete de frambuesa. Decir que está todo riquísimo es desmerecer la cena, pero esque no encuentro palabras.

Tras una cena de lujo y después de hablar largo rato con el padre de Miguel, esperamos una clavada, pero nada más lejos de la realidad: unos 30 € por persona (no llega) que incluye el pica pica, un segundo para cada uno menos el padre de Miguel, los postres y un café. Miguel nos propone salir de nuevo, pero le decimos que queremos descansar bien, ya que mañana tenemos que madrugar para ir a Estocolmo. Tras conocer a su padre, entendemos por qué los hijos son tan majos. Él también es encantador. Después de charlar otro buen rato, los llevamos a casa, nos despedimos esperando vernos pronto y nos vamos al hotel a ducharnos. Entre una cosa y otra son las 12 de la noche cuando nos acostamos. Nos vamos a la cama con un buen sabor de boca increíble de la ciudad y de nuestros nuevos amigos.

martes, 6 de diciembre de 2011

SUECIA DIA 1: GÖTEBORG

GÖTEBORG 



Göteborg es la segunda ciudad de Suecia después de su capital, Estocolmo y está al sur del país. Tiene un buen puerto que en su época fue muy importante para el comercio y no tiene mucha pinta de ciudad nórdica, sino que se parece más a una ciudad continental europea. Se Dice que sus habitantes son bastante más abiertos, acogedores y simpáticos que sus vecinos del norte, pero esto supongo que pasará como en todos lados. Fue fundada en 1621. Es una bonita ciudad aunque no es demasiado conocida y en principio parezca que no tiene demasiado puntos de interés. Después, cuando la descubres, te vas dando cuenta de que es una ciudad bonita, diferente y acogedora.


Qué ver    
- El centro histórico
- Los canales 
- Los barrios modernos, con la Avenyn a la cabeza, la calle principal, plagada de tiendas, restaurantes, pubs, ...
- El Universum (un museo de la ciencia con un acuario espectacular)
- El puerto







10 DE SEPTIEMBRE DE 2011

De nuevo toca madrugón de los buenos, pero es por una buena causa. A las 3 de la mañana nos levantamos para, después de vestirnos, tomar algo y coger las maletas, coger el coche rumbo el aeropuerto de Girona. A las 5 ya estamos dejando el coche en el parking del aeropuerto "punt central", el mismo en el que lo dejamos para ir a Estonia. Pasamos el control y nos vamos a una tienda para comprar el alcohol que nos encargó Baldesca, ya que allí es el doble de caro que aquí o más. También compramos un paquetito de jamón del bueno, para que no tenga nostalgia. Cuando vamos a pagar, nos preocupamos porque no sabemos cómo meteremos las botellas en las maletas y la chica nos dice que se pueden subir perfectamente las cosas que se compren en el aeropuerto, incluso en Ryanair. Vaya, que es todo un negocio, en fin... A las 6:40 sale el avión por fin hacia Göteborg y aterrizamos a las 9:20. El viaje se me ha hecho menos pesado que para Tallín (también es una hora menos). Como esperábamos, el día está nublado, llovizna un poco y hace un poco de frío: 12º, teniendo en cuenta que en España aún estamos en verano.


Cuando nos bajamos del avión no puedo creer que aquella caseta que veo a lo lejos sea el aeropuerto. Nos ha dejado bastante lejos y hay que caminar un rato por la pista, unos 250 metros más o me nos o puede que más. Sin duda es el aeropuerto más pequeño y más cutre que he estado en mi vida: tiene dos cintas de equipaje y dos mesas (literalmente dos) de facturación.  Aquello es un caos, pero tengo la sensación de que toda la gente que estamos es la del vuelo que acaba de aterrizar. El vestíbulo es unas 5 veces el comedor de mi casa, y creo que me paso de grande. Busco una oficina de cambio de dinero pero no la veo. Veo una tienda y pregunto y me dicen que allí no hay. Tenemos que comprar los billetes del bus para poder ir a la estación central de la ciudad y coger el coche que hemos alquilado; pero si no tenemos coronas, poco podemos hacer. La dependienta me dice que ella vende los billetes para el bus y que acepta euros, así que los compramos. Nos cuesta 15€ los dos sólo la ida. A la vuelta ya veremos...


Durante el trayecto de autobús preguntamos a una chica española el cambio entre € y SEK (coronas suecas)  1 € = 8.95 SEK y 1 SEK =0,11 €. Después de 20 minutos de autobús, llegamos a la estación central, que está bastante bien. Buscamos la oficina de Hertz para coger el coche pero no la encontramos. Después de un rato, lo conseguimos y después de hacer el papeleo correspondiente nos dan las llaves y nos toca buscar el coche en el aparcamiento. Cuando lo vemos no podemos creerlo. Esperábamos un corsa, un ford fiesta o algo peor, teniendo en cuenta lo caro que salía todo, pero nos han dado un Volvo V-50 familiar naranja metalizado. Nuevecito, es ¡¡guapísimo!! cuando lo abrimos, flipamos: el maletero es enorme y el coche comodísimo, espacioso y se nota que casi lo estamos estrenando, porque solo tiene 10.000 km. Menuda suerte hemos tenido! Colocamos el GPS con la dirección del hotel y enseguida llegamos. Se trata de un F1, el hotel más bajo de la cadena Accord, que es igual que el Etap, pero con el baño y la ducha fuera de la habitación. El baño está separado de la ducha y éstas son individuales. Nos dan la habitación, nos instalamos y nos vamos a conocer Göteborg.


Aparcamos el coche en un centro comercial que está al lado de la estación central. Llueve pero es una lluvia finísima que parece que no haga falta paraguas, pero cuando te das cuenta y ha pasado un rato, empapa. Nos llama la atención que hay un Mcdonald's o un Burger King  cada 50 metros. Es increíble. Hacemos una competición entre los dos para ver quién gana y cuando llevamos 10 de cada nos cansamos. A las 13:30 nos comemos un bocata en el Subway de la estación para reponer fuerzas. Nos vemos casi toda la ciudad: el centro histórico, la plaza Gustav Adolf II, el nuevo y el viejo ayuntamiento, la iglesia alemana, Lilla torget (una plaza abierta al canal), los canales y por supuesto la Avenyn, la calle principal, llena de restaurantes, bares, cafeterías, tiendas y sitios donde tomar algo y que está súper animada a cualquier hora del día. También vemos el barrio de Haga, una zona muy moderna también y animada y por fin llegamos al puerto, donde hay un embarcadero de madera muy bonito, con un barco velero muy grande anclado, que por lo visto es una escuela de cocina. Un poco más al fondo está el edificio conocido popularmente como "la barra de labios" por la similitud con este objeto y después una noria, parecida al London Eye pero más pequeña para poder ver una buena perspectiva de la ciudad.


Subimos. El billete nos cuesta 190 sek (unos 20 €) a los dos. No hay casi nadie en la cola y enseguida estamos dando vueltas. Las vistas desde arriba son muy buenas y durante los 20 minutos que dura el viaje hacemos fotos y divisamos varias partes de la ciudad, aunque no todas. Göteborg no tiene ningún monumento destacable ni una arquitectura especialmente bella, pero es bonita y recomendable. Sobre las 17:00 nos llama Miguel, un amigo de Javi que conoció por internet hace 8 años y el cual tiene parte de culpa que estemos por aquí. Él es sueco pero habla muy bien español, ya que su padre es español y su madre es sueca. Nos invita a cenar a la casa de sus padres y su hermana, aunque sus padres se encuentran de vacaciones en España. Quedamos para las 8:00. Ya que vamos de invitados, tendremos que llevar un detalle: a él le llevamos la camiseta del Barça y una bufanda, y a su hermana le compro una planta muy bonita en una floristería. 


Después de recorrer la ciudad casi de una punta a otra a pie, estamos reventados. Nos vamos al hotel y descansamos un poco, pero enseguida Miguel nos llama para darnos la dirección, la ponemos en el GPS y vamos hacia su casa. En 10 minutos de coche llegamos. Es una zona residencial con un montón de bloques y parques para niños y un montón de aparcamiento. Pero es de zona azul. No lo comprendo porque no tiene mucho sentido, aquí las zonas azules se ponen en sitios céntricos, pero eso está a las afueras. Total, que pagamos 4 sek (va a 2 sek la hora, en total unos 40 céntimos, menos mal que es barato) aunque pensamos en qué pasaría si no pagáramos. Quién iba a pasar por allí para multar. Miguel y Teresa, su hermana, nos reciben con los brazos abiertos y Miguel se vuelve loco con los regalos. Es un gran aficcionado del Barça.  Luego cenamos. Teresa ha preparado ensalada, puré de patatas mezclado con mermelada de frambuesa y una especialidad sueca que se trata de unas hamburguesas hechas por ella y una salsa buenísima. Está todo muy rico y teníamos hambre, así que nos ponemos las botas mientras hablamos de un montón de cosas. La verdad es que la combinación del puré de patatas con la mermelada puede parecer extraña pero está muy buena.  Después de un buen rato, Miguel nos expone el plan a seguir: salir a tomar algo y conocer la noche sueca, cosa que nos apetece un montón, aunque estamos reventados. La noche es joven y nosotros también, así que a la carga.


Nos vamos al hotel a arreglarnos un poco y volvemos a su casa. Bebemos un poco antes de salir. Como la bebida es tan cara, aquí la costumbre es beber en casa y ya, cuando vas contento, salir y luego en el pub tomar alguna cerveza. Dejamos el coche en el mismo sitio pero esta vez no pagamos porque Miguel nos cede su plaza. La tasa de alcohol es 0% y son mu severos, además de que tampoco hay mucho sitio donde aparcar. Hay cerca una parada de tranvía, así que lo cogemos en dirección al centro.  Para comprar los billetes a esas horas hay dos opciones: con un SMS o bien con una maquina dentro del tranvía donde se echan monedas. Cada billete cuesta 24 SEK, casi 2.5 €, por tanto el viajecito nos sale por 10 € ida  y vuelta a los dos. Si es antes de las 11 de la noche vale sólo 12 SEK pero a partir de esa hora cuesta el doble!! Es la primera parada y poco a poco van subiendo jóvenes en las siguientes, hasta que se llena. Tras una media hora llegamos al centro de Göteborg, donde hay un ambientazo que no veas. Damos una vuelta y vamos a un pub donde Teresa y Miguel nos presentan a sus amigos. Pide una cerveza para ellos y unas sidras para Javi y para mí. Están muy buenas, aunque nada tienen que ver con las de aquí. Se parece un poco al sabor del chupito de manzana, pero con mucho menos alcohol. Miguel no deja ni que saquemos la cartera de nuestro bolsillo.


Después de un buen rato, paseamos por la Avenyn, con un montón de gente saliendo y entrando de los diferentes pubs y discotecas que hay a lo largo de la calle. A los chicos les entra algo de hambre y van a una hamburguesería a pillarse algo. Son las 2:00 de la mañana y están rebosantes de gente y hay un montón. Como la gente cena tan pronto, a esas horas están muertos de hambre, así que comen y siguen con la fiesta. Una vez más, nuestro amigo insiste en pagar.  A las 2:30 ya no podemos más. Llevamos prácticamente 24 horas sin dormir y a penas hemos parado, así que iniciamos la vuelta. Llegamos donde está aparcado nuestro coche, nos despedimos hasta el día siguiente y nos vamos al hotel. Ha sido un día muy divertido y emocionante. Además, hemos hecho nuevos amigos: Teresa y Miguel, que se han portado con nosotros genial. No tenemos palabras. Y eso que no los conocíamos: nos invitan a cenar en su casa, nos invitan a beber, nos invitan de nuevo a comer,... Mil gracias chicos, os debemos una cuando vengais a Barcelona.

Caemos en la cama del hotel hasta las 11:00 del día siguiente.