domingo, 20 de noviembre de 2011

SUECIA 2011 INTRODUCCION

INTRODUCCIÓN

En septiembre de 2011 tuvimos la oportunidad de conocer otro bonito país europeo que nos dejó con un buen sabor de boca inolvidable: Suecia. La idea de ir a Suecia surgió derrepente cuando Javi navegaba un día por internet y vio unos vuelos bastante baratos a Göteborg, una de las ciudades más importantes del país y que está situada en el sur. El reto estaba en que en esa ciudad vive un amigo de él que conoce por internet desde hace unos 9 años y siempre había existido la gracia de conocerse. Además teníamos la excusa de que tenemos una amiga, Baldesca, que se había ido a estudiar un máster a una ciudad un poco más al norte, Gävle. Así que en el mes de julio cogimos los billetes bastante rápido sin pensarlo mucho. Nos salió unos 100 € por persona ida y vuelta, por supuesto con nuestra "querida" Ryan Air. Pero son los más baratos, así que qué le vamos a hacer.


Lo que costó muchísimo más (yo diría infinitamente) fue procurarnos el alojamiento y el coche de alquiler. Para empezar Suecia es un país muy complicado para todo que no se lo pone nada fácil al turista, especialmente al pobre como nosotros jejeje. La verdad es que no es país para pobres. En Suecia todo es insultantemente caro. Y más para nosotros, que nuestro último viaje había sido a un país bastante barato. Nos costó horrores encontrar un hotel porque para empezar, aunque fuera un simple albergue con habitaciones compartidas, no bajaba de 70 € la noche, sin desayuno y encima tenías tú que traer tus sábanas o toallas o pagar un suplemento. Así que imaginad lo demás... Empecé a buscar en Göteborg y luego alargué a otras ciudades de alrededor, pero nada. Los precios no bajaban. En muchos no había parking o era de pago y bastante caro y en todas partes internet era de pago. Gasté mucho tiempo en encontrar el alojamiento y sólo lo encontré cuando apenas quedaban una semana para irnos, o incluso menos. Al final, nos conformamos con el hotel Fórmula 1, el más inferior de la cadena Accord. En realidad es igual que el Etap, lo único que el wc y la ducha están fuera de la habitación y por tanto son compartidos, pero eso no significa un gran problema para nosotros. Al menos el parking era gratis y no incluía desayuno e internet era de pago, pero por 55 € la noche, no estaba tan mal. De hecho era lo más barato que habíamos podido encontrar. Las dos primeras noches las pasamos en el F1 y las dos últimas en casa de Baldesca, lo cual fue un alivio.


Encontrar coche de alquiler también se convirtió en una odisea. Era carísimo y no encontrábamos ningún coche de categoría inferior al mini. ¡¡ Pero si nosotros sólo queríamos algo con cuatro ruedas que tirase !! Lo más tirado. Pues no había manera: parecía que los peugeots 306, ibizas, corsas y demás en esos países no existen. Y no conseguíamos nada por menos de 70 € al día. Al final, pensé que en la empresa donde yo trabajo a veces conseguimos algunos descuentos con Hertz y Europcar. Lo intenté con la segunda pero no me salía a cuenta para nada porque el precio era el mismo con descuento que sin descuento. Pero con Hertz fue mejor. Al final vi un coche por unos 43 € al día; una ganga comparado con lo que había visto hasta entonces. Pero entonces se añadió otra complicación más. Resulta que al aeropuerto que volábamos era el secundario (Göteborg tiene dos) y al ser fin de semana la oficina de Hertz se encontraba cerrada. Para entregar el coche no tendríamos problema pero para recogerlo, íbamos a tener que pagar un suplemento de 22 €, ya que tenían que abrir la oficina expresamente para nosotros y hacer que alguien se desplazara, y nos negamos. Para colmo no se podía hacer la reserva por internet y tuve que llamar a un número de Madrid, que la verdad es que me atendieron estupendamente y me ayudaron un montón. Después de mucho sufrir, conseguimos alquilar un coche del día 10/09 a las 12:00 al 14/09 a las 18:00 a 42,58 € el día. Yo hice mucho incapié a la persona al teléfono de que por favor nos dieran el peor coche que tuvieran, para que no nos saliera más caro. Lo tendríamos que recoger y dejar en la estación central, que estaba bien comunicada con el aeropuerto y además estaba cerca, por lo que no íbamos a tener problemas.

Nos replanteamos muchas veces si alquilar el coche o no, cosa que conseguimos cuando sólo quedaban 4 días para ir. Era muy caro y la gasolina también. Primero pensamos en movernos por Göteborg y alrededores, pero 5 días eran demasiados para esto. También pensamos en estar en Göteborg los dos primeros días y luego coger un tren hasta alguna ciudad como Helsinborg o Malmö, pero también salía muy caro, por lo que al final acabamos optando por el coche.

Esta vez, tuve muy poco tiempo para planificar el viaje, porque nos fuimos 19 días más tarde de volver de Estonia, pero además no podía planificar nada porque por mucho que intentara hacer más o menos una ruta, encontraba tantos obstáculos que me hacían replantearme un montón de cosas y dudaba un montón. No sabía que hacer y por mucho que preguntara a Javi estábamos en las mismas. Al final, muy pocos días antes de irnos, decidimos la ruta por fin, que sería la siguiente:

- 1er día: Göteborg
- 2º día: Uddevalla, Fjällbacka y los pequeños fiordos de alrededor en la Costa de Bohuslän.
- 3er día: Estocolmo
- 4º día: Uppsala 
- 5º día: Gävle y vuelta a Göteborg.


Vista en el mapa, quedaría reflejada así:




Suecia es un país muy grande, con muchos kilómetros de norte a sur y con lugares muy diferentes entre sí. No es como Estonia u otros países más pequeños que puedes ver en dos semanas. Para recorrerte Suecia, necesitas mucho tiempo. Yo sólo vi el Sur, se puede decir, y quizás un poquito del centro. Pero si os dais cuenta, Gävle, que es el punto más al norte en el que estuvimos, aún dista mucho de ser el centro del país, por tanto no os puedo decir qué es lo imprescindible para ver. Obviamente, la capital, Estocolmo es un lugar muy recomendable para visitar. También es muy bonita la costa de Bohuslän, la costa occidental del país, que va dirección Noruega. Pero hay muchas ciudades y paisajes muy bonitos y que os encantarán. Göteborg no está mal. Es cierto que no es nada el otro mundo, pero es una ciudad bonita y para nosotros lo fue aún más, después de conocer a Miguel y a su familia y lo maravillosamiente bien que nos trataron y que se portaron con nosotros.


RASGOS GENERALES


- Todo es carísimo, por supuesto la gasolina también. Cuando fuimos nosotros, en septiembre de 2011, estaba a 1.50 € el litro.
- En ese momento la moneda local que es la Corona Sueca estaba en 1 € = 8.95 SEK y 
   1 SEK = 0,11 €.

- Las carreteras son de bastante buena calidad.

- Casi todo el mundo habla bien inglés. Son muy amables y hospitalarios.

- La zona azul está por todas partes, incluso en sitios donde no tiene sentido que las haya, como por ejemplo las zonas residenciales.

- El clima rondaba entre los 15 y los 22º. Hay mucha diferencia del sol a la sombra o de si hace sol, se nubla o llueve. Nos llovió poco pero todos los días, excepto el último. El último día en Göteborg, a las 18:00 horas estábamos a 9º. La verdad es que la mayor parte del tiempo estuve en manga corta. Otra particularidad del clima sueco, por lo menos en esa época es que de un rato para otro te llueve, se nubla y sale el sol. Este ciclo puede repetirse varias veces al día.

- Están bastante bien preparados para el turismo de fuera y hay muchas áreas de servicio.

- Hay un Mcdonald's y Burgerking cada 25 metros, especialmente en los centros de las ciudades. Es exagerada la cantidad que hay de ellos y lo cerca que están unos de otros. 

- Afortunadamente no hay peajes.

- Suecia es caro, pero por lo visto, Dinamarca y Noruega lo son mucho más. En Suecia nos dijeron que la gente suele irse a trabajar a Noruega para hacer dinero. Así que no me quiero ni imaginar cómo sería ir de vacaciones allí. Son países por los que tenemos un especial interés, pero creo que van a tener que esperar todavía unos añitos...

 








viernes, 11 de noviembre de 2011

ESTONIA ULTIMO DIA

22 DE AGOSTO DE 2011

Nos levantamos a las 7 para cargar el coche y desayunamos en el bufet del restaurante. Sin duda el mejor desayuno de todas las vacaciones. Es para flipar. Hay de todo lo que podáis imaginar: dulces de todo tipo, pasteles, mermeladas, un plato enoooorme de nata recién montada, frutas, ensaladas, salmón, sucedáneo de caviar, albóndigas, carnes en salsa, panes diferentes, embutidos, ... Algo exagerado. Hay muchas cosas que no entran para desayunar como las albóndigas y el salmón, pero hay otras muchas que sí. Decir que nos ponemos las botas es quedarnos cortos...

Casi sin podernos mover nos montamos en el coche y abandonamos Rakvere rumbo al aeropuerto de Tallín. Durante el camino voy analizando las vacaciones y pensando en los días que hemos pasado. Cuando quedan 20 km para llegar, ya vamos buscando alguna gasolinera porque debemos entregar el coche con depósito lleno. Encontramos una fácilmente y llegamos bien al aeropuerto. Entregamos el coche, verifican que todo es correcto y nos devuelven el dinero que entregamos en efectivo y lo otro enseguida lo abonan a nuestra tarjeta también. Nos disponemos a coger el avión y abandonar Estonia, un país bastante diferente a lo que hemos conocido hasta ahora, con sus pros y sus contras, pero de un paisaje realmente bonito y pueblos que también lo son. Sin duda, si hay que elegir lo mejor, nos quedamos con Tallín, pero también hay otros sitios interesantes.

ESTONIA 10º DIA: RAKVERE

21 DE AGOSTO DE 2011

Las vacaciones en Estonia llegan a su fin. Hoy, nuestro último día en el país antes de marchar al día siguiente por la mañana hacia Barcelona de nuevo, vamos a pasarlo en Rakvere en un spa. Nos lo hemos merecido!! A las 9 ya tenemos el desayuno preparado: rebanadas de pan con embutido y pimiento de los tres colores, pepino y cebolla picadito por encima (a Javi no le mola, pero a mí me encanta), zumo, yogur, té y en ese momento nos preparan una tortilla de frankfurt buenísima. La señora no sabe ni una palabra de inglés, pero lo agradecemos con gestos.

Hace un día bastante soleado. Ponemos rumbo a Rakvere, aunque antes nos adentraremos un poco en el Parque Natural más famoso del país, el de Lahemaa. No tengo esperanzas de encontrar el principio del parque, ni la entrada ni información, pero daremos una vuelta para que no se diga que no hemos estado. En la guía tampoco pone dónde está la entrada o el comienzo. A estas alturas ya estoy demasiado acostumbrada como para esperar algo. Buscamos el pueblecito de Altja, que es un pueblo de pescadores con casas de madera. Encontramos Altja pero por ahí no hay nada que se parezca a lo que sale en la foto de la guía,  es como todos los "pueblos" es decir, que no hay nada, pero lo cierto es que el paisaje vale la pena. Damos una vuelta grande en coche intentando encontrar algo y como no lo conseguimos decidimos pasear un rato a pie para respirar aire puro.

Ya es hora de irse a Rakvere. Llegamos al hotel a la 1 y nos toca esperar un rato hasta que nos den la habitación. Desde luego es el mejor hotel de todas las vacaciones (bueno, tampoco era muy difícil). Es enorme, tiene un aparcamiento súper grande y es bastante lujoso. Tiene cuatro plantas. El subterráneo es para los tratamientos y masajes. La planta baja o principal es la recepción y tiene el restaurante, un bar y una crepería-heladería-pizzería. En la primera planta hay un gimnasio. En la segunda planta están las piscinas, yacuzzis y saunas y en la tercera planta, las habitaciones. Mientras esperamos, estamos entretenidos, ya que hay wifi en la recepción y por fin podemos acceder a todo, no como nos pasó en Narva. Sobre las 2 nos dan la habitación y flipamos. La verdad es que no es nada del otro mundo, pero acostumbrados a las pensiones, habitaciones y hoteles cutres, cuando te encuentras con un hotel de 3 estrellas medianamente normal, te parece que estés en el Ritz. La verdad es que este está muy bien. No tenemos wi-fi, pero sí conexión a internet por cable. 


Pensamos que lo mejor es ir a dar un paseo, ver el pueblo (que afortunadamente no tiene casi nada) y pasar el resto de la tarde en el spa, que para eso lo hemos pillado. La verdad es que está genial. Se trata del hotel Aqva y yo reservé la habitación directamente de su página web: 85 € con desayuno, parking gratis, internet gratis y spa gratis, que se puede disfrutar desde las 8 de la mañana a las 10 de la noche. Eso por habitación, qué más quieres. Salimos a comer algo y ver el pueblo. Yo preferiría comer en el restaurante del hotel o la crepería-pizzería, que aunque se ve de lujo, tiene precios muy buenos, pero ya vamos al límite de presupuesto, así que nada, nos toca comer de nuevo en plan fast food. Justo delante del hotel hay un kebab, que en realidad no se parece en nada al de aquí, la verdad es que pocos turcos ahí allí, todos son autóctonos, debe ser por eso. El caso es que también está muy bueno y pagamos bastante poco. Lo peor: no tienen salsa de yogur, que a nosotros nos pirra, pero la salsa rosa que nos ponen también está muy buena.


Después nos disponemos a descubrir Rakvere, y afortunadamente todo lo que tenemos que ver está a 10 minutos andando del hotel. Damos una vuelta pero está totalmente muerto, no hay ni un alma por la calle. No sabemos si es porque es domingo o porque son las 3 de la tarde. Quería comprar mis típicas postales y algún recuerdo pero imposible, está todo cerrado. Detrás del hotel hay un parque bastante bonito y subiendo por él, llegamos al castillo, que está como encima de una colina. Desde ahí se divisa gran parte del pueblo y no está mal, aunque sinceramente os digo que si vais de paso, pues bueno, o como nosotros que íbamos al spa, pero no os lo recomiendo como sitio imprescindible para visitar. El castillo está prácticamente en ruinas pero se puede visitar. Cuesta 4:30 € la entrada por persona, pero me pasa igual que en Narva, me quedo con las ganas de entrar por culpa de ser pobres... Es lo que tiene. Por lo que pone en la entrada, el castillo organiza juegos medievales y tal, además de que explica un poco la historia del lugar.


Al lado del castillo, está el monumento insignia de Rakvere: el toro. Esta estatua se hizo con aportaciones de los ciudadanos y todos los nombres de los colaboradores se hayan escritos en el pie de la misma. Hacemos unas cuantas fotos, paseamos un rato y miramos la panorámica desde allá. Ya hemos visto todo lo que había que ver, así que nos vamos derechitos al spa. Éste no es muy grande, pero está muy bien. Tiene una piscina central con varios chorros por aquí y por allí y luego hay como unos pasillos en los que te lleva la corriente y en los que de vez en cuando ponen en marcha unas olas bastante grandes. También a ratos cae agua del techo como si lloviera a mares. Junto a esta piscina hay otra cuadrada más pequeña, en la que es para estar en plan de más relax, el agua cubre hasta el pecho más o menos (yo mido 1.52) y el agua está más caliente. Tiene unos cuantos chorros para la espalda. Y al lado de esta piscina, está la piscina para niños. En frente de esta hay un bar donde sirven zumos naturales, batidos y demás. Están a 2 € más o menos y yo decido tomarme uno de naranja. Subiendo por una escalera por detrás de la piscina principal hay un tobogán como los de los parques acuáticos, de estos que son cubiertos, un tubo, que sobresale por fuera del edificio y vas a caer a un canal que está dentro, también por detrás de la piscina principal. Es bastante empinado y mola, además en el techo hay estrellitas y flechas de colores. Hay una piscina exterior, a la que se accede desde dentro. Luego hay dos jacuzzis y un poco más a la izquierda una puerta donde se encuentran todas las saunas. 


Hay seis saunas: una de 100º, una de 85, una de 70, una de 60, una de 50 y otra de 46. En la de 100 y la de 85 no se puede estar. No porque haga mucho calor, sino porque el aire es tan caliente que te quemas por dentro al respirar. Yo aguanto dos segundos y salgo porque no lo soporto. En la 70 se está mejor, pero las mejores son las de 60 y especialmente la de 46º, que me tiré un montón de rato, no tenía ganas de moverme de allí. Además estaba sola. En el spa había gente, bastante de hecho, pero por lo visto estábamos bastante repartidos porque no tuve la sensación de agobio o de multitud. En la sauna de 70 en medio hay una pila con sal para exfoliar la piel y luego tienes grifos para poder enjuagarte. La verdad es que se te queda una piel que da gusto. Luego hay un camino de agua hasta los tobillos donde hay piedras redondeadas de río. Un camino es de agua bastante caliente y otro es de agua helada. También hay una piscina de agua, que si no recuerdo mal está a 15º, es decir helada. Pero helada, helada, tanto que cuando metes los pies, te sientes como si alguien te estuviera agarrando fuerte de los tobillos y duele. También hay un montón de grifos por todas partes, duchas de diferentes temperaturas y grifos para los pies.


Después de estar dos horas en el spa nos entra hambre y subimos a merendar. Descansamos un rato y un par de horas después, sobre las 8 de la tarde, bajamos hasta las 9:30. Ya hemos tenido bastante por hoy, aunque lo cierto es que se está de maravilla, subimos a la habitación a cenar algo y al cabo de un buen rato, nos dormimos. El agua nos ha dejado rendidos y además mañana tenemos que madrugar, ya que tenemos que coger el avión a las 12 de la mañana y hay que tener en cuenta que estamos a dos horas en coche del aeropuerto.

sábado, 5 de noviembre de 2011

ESTONIA 9º DIA: NARVA

20 DE AGOSTO DE 2011


Me levanto con un humor de perros gracias a los vecinos de arriba, que no sé qué narices están haciendo, caminando de un lado para otro y chillando, a las 6:30 de la mañana.  A las 7 me suena el despertador y miro por la ventana a ver qué tal día hace. Sigue igual que como lo dejamos anoche: llueve a mares. A las 7:30 bajamos a desayunar y la señora de la casa ya nos tiene preparado el desayuno: pan blanco y negro, huevo duro, embutido, mantequilla, mermelada de melocotón, yogur de fresa, zumo de naranja (por llamarlo de alguna manera) y pepino y tomate. Sí porque en este país es muy habitual desayunar ensalada aunque a mí no me cabe en la cabeza. Tomamos un té y ya terminamos de cargar el coche. Nos ponemos en camino y aunque llueve, ya no llueve tanto. Tenemos que ir hacia Kuivastu, donde se coge el ferry para volver al continente y abandonar la isla de Saaremaa. Cuando llegamos al puerto se acaba de ir el ferry y toca esperar de nuevo casi una hora. 


Una vez en Virtsu, ponemos rumbo a Narva, una ciudad que está en la misma frontera  con Rusia y es lo más cerca que hemos estado de ese país, por lo menos de momento. La verdad es que pensamos en ir a San Petersburgo, porque está bastante cerca, pero viendo toda la historia de papeleos que hay que hacer para ir a Rusia se nos quitaron las ganas. Narva de hecho tiene en el extremo de la ciudad una aduana. Bastante grande además. Me llamó mucho la atención porque nunca había visto eso: estoy acostumbrada a que las aduanas están en medio de la nada. Y la verdad hubiera molado pasar al otro lado, pero como no teníamos visado ni nada pues nos quedamos con las ganas. Para ir a esta ciudad tenemos que cruzarnos casi todo el país en diagonal. Sobre las 15:00 y pico llegamos al hotel. Está nublado. La chica de recepción, como siempre sabe lo justo en inglés. Qué bien me hubiera ido mi cuaderno con algunas nociones de ruso!!


La habitación tiene una pequeña cocina sin utensilios, así que no se puede usar, y una tele. El wi-fi funciona, aunque tenemos muchos problemas para ver algunas páginas. Comemos y salimos a dar una vuelta. Narva no tiene mucho para ver, pero se nota que es una ciudad fronteriza porque es bastante grande. De hecho es la más grande que hemos visto hasta el momento, sin contar las capitales. Y se nota un montón la influencia rusa. Normal, estando tan cerca y teniendo en cuenta que el 90% de los habitantes son rusos. No sé qué tal llevarán esto los estonios...Todo está bastante solitario y nos da un poco de cosa. Damos una vuelta por el típico barrio soviético con algunos grupos de hombres bebiendo. No nos inspira confianza.


Caminando, llegamos al castillo, que está bastante bien. Está en un prado grande y desde donde está el castillo se puede ver la fortaleza Ivangorod, que está ya en Rusia. Hoy es el día de la independencia de Estonia y pensamos que sería día festivo, pero todo está abierto.  Pensamos que harían eventos y actos especiales, pero no. Quizás es porque están demasiado  cerca del país invasor y porque la población es más bien rusa.En el prado al lado del castillo hay un campeonato de hípica y hay algunas mujeres vestidas con trajes tradicionales, pero nada más.


Entro al castillo para preguntar el precio. Por dentro debe ser parecido al de Kuressaare porque ya se ve que es muy grande y un laberinto. De hecho me cuesta bastante llegar hasta recepción porque no la encuentro. El precio es de 6 € por persona. No es caro, pero con todo el dolor de mi corazón, decido dejarlo. Vamos ya muy cortos de presupuesto y hay que aguantarse pero me da rabia. Intentamos buscar el centro del pueblo, pero no hay manera. Intentamos seguir las indicaciones que ponen como "downtown" pero es imposible. Cada vez nos alejamos más y nos metemos en barrios que nos dan poca confianza. Al final, cuando son las 7 y estamos hartos de caminar, nos cansamos, pasamos por el súper para comprar algo para cenar y volvemos al hotel.
                                          

FOTOS DE SAAREMA




















ESTONIA 8º DIA: SAAREMAA 2ª PARTE

19 DE AGOSTO DE 2011

Hace un día radiante y nosotros ponemos rumbo hacia Kuressaare, la capital de la isla y nuestro próximo destino, donde está nuestro próximo alojamiento. Kuressaare se encuentra a unos 40 kilómetros hacia el sur. Pero de camino pasaremos por Angla, donde hay unos molinos y por Kaali, que significa "cráter del meteorito y se trata de eso, de un cráter que formó la caída de un meteorito hace miles de años. 

La primera visita será a Angla, que nos queda más cerca. Se trata de unos 5 o 6 molinos  de viento que se usaron entre finales del siglo XIX y principios del XX. Son típicos de la isla. La entrada vale 2 € por persona. Se puede subir a todos los molinos. En ellos hay ejemplos de cómo se usaban y cómo se molía el trigo. Creo recordar que las explicaciones están en inglés, pero no estoy del todo segura, aunque la verdad es que vale la pena. Cada molino es diferente, y aparte también hay objetos de la época. Después de ver los molinos, nos vamos hacia Kaali, el cráter del meteorito.


Lo encontramos fácilmente porque está bien indicado y parece ser que le han sacado rendimiento, ya que hay un parking con varios coches, una tienda y un museo. El parking es gratuito y ver el cráter también, afortunadamente. En el aparcamiento hay un mapa donde salen varios cráteres, es decir, que no hay uno solo. El más grande es el más famoso y el que sale en las fotos y está súper cerca del aparcamiento; los otros quedan un poco más alejados, pero una vez más tienes que ayudarte de tu astucia para encontrar las cosas ya que ni hay mapas ni nada. Tendríamos que haberle hecho una foto con cámara, para guiarnos mejor, pero la verdad es que en ese momento ni lo pensamos. Echamos a andar por un camino y no vemos nada. Al rato, se nos ocurre subir como por una cuesta y nos encontramos con el gran cráter que hizo el meteorito. La verdad es que no es nada del otro mundo, pero creo que vale la pena por ser algo diferente. Lo vemos desde ahí y luego bordeamos el cráter y bajamos por una escalera hasta la orilla del lago. En el cráter se ha formado un lago. Justo al lado hay unas explicaciones en inglés. No recuerdo qué profundidad tiene, pero es mucho menor de la que esperaba. Pensaba que tendría un montón de metros de profundidad, pero me parece que en la parte más honda son 6 metros.


Después, intentamos buscar los demás, y como nosotros hay otra gente que lo intenta, pero nada. Damos una vuelta hacia un lado y hacia el otro y no lo conseguimos. Para los demás no hay ninguna indicación, pero ya estamos acostumbrados y no nos sorprende. Sin mapa es imposible. Volvemos al coche. Me aprece interesante visitar antes el museo del meteorito para entender mejor las teorías de lo que pasó y ver un fragmento del mismo fosilizado, aunque por lo que pone en la guía no tiene nada que ver con el que cayó aquí. La entrada cuesta 1,30 € por persona. Es interesante y te explica varias cosas de la zona. Se cree que a principios de la época medieval el cráter estaba protegido por una muralla de piedra que lo rodeaba, por los restos encontrados allí, pero hoy en día no se conserva nada. También hay varias teorías de la caída del meteorito y por lo visto hay varios acontecimientos del estilo por allí, que también explican. 

Después de ver el museo, tenemos calor y decidimos buscar una playa donde darnos un baño. Esto es una isla, debe haber varias. Así probaremos el mar báltico. Propongo a Javi volver a Panga y bañarnos en la playita de enfrente del hostal, pero dice que no que estamos lejos, así que buscamos una cercana. Pedimos al GPS que nos lleve a alguna. Nos hace parar en un sitio y toca andar, pero la zona no mola mucho: está dejada de la mano de dios, es una zona pantanosa y con maderas en el suelo para que no te hundas en el barro. Además estoy asustada porque Javi ha visto una serpiente desde el coche mientras veníamos. Al final del camino hay como un lago pantanoso, pero no hay playa ni zona donde dejar las toallas. Además, hay muchos juncos y plantas y nos da miedo de que pueda salir algo de ahí. Volvemos al coche y buscamos otra. Pero nos encontramos con el mismo problema y al decidir buscar una tercera lo mismo, así que lo olvidamos. Vamos a Kuressaare.


Llegamos al hostal a la 1:00 de la tarde, y está súper cerca del centro. Podemos ir andando perfectamente. La señora nos dice que hasta las 3:00 la habitación no estará lista, así que nos vamos a dar una vuelta. Kuressaare, no sé si es por ser la capital, pero sí que es un pueblo como dios manda. Pillamos la oficina de turismo abierta y entramos a coger un mapa. La señora nos pregunta que de qué país venimos y al decirle que de España, se queda muy sorprendida. Normal, no creo que vayan muchos españoles por allí. Hay unos puestos en una pequeña plaza y vemos lo principal del pueblo, lo cual se hace un pis pas. 


Decidimos comer en un bar muy curioso, ya que la barra está dentro de un autobús antiguo. Le digo a Javi de hacerle una foto, pero él me dice que después, y luego se nos olvida. La verdad una pena. Pero os pongo una foto que he encontrado en internet para que os hagáis una idea. Lo que se ve es la barra y al rededor están las mesas. Se llama John Bull Pub y se come bastante bien y barato, aunque me sirvieron una ensalada y cuando pedí aceite y vinagre para aliñarla no me entendieron. Ni con gestos. Es lo que tiene no hablar estonio, que no hay manera de entenderse con la gente, porque lo que es el inglés...Pero ni haciendo gestos. Así que nada, me como la ensalada solo con sal. Ya son las 2:45, seguro que nos dan la habitación.
El hostal se trata de una casa propiedad de una señora, que alquila las habitaciones. Es una casa rústica con 4 habitaciones y cuatro plazas de coche (una para cada habitación). La señora es muy amable, y afortunadamente habla inglés. Me hace elegir entre dos habitaciones y yo escojo una que tiene un pequeño balcón. La casa está decorada en estilo rústico y tiene un par de salones comunes para ver la televisión bastante chulos. Se supone que hay wifi gratis, pero mi portátil no se conecta ni a la de tres, sólo el móvil de Javi y si se va al balcón e igualmente la señal es malísima y se corta todo el rato. Así que sin tele y sin internet. Dormimos un rato la siesta y a las 5:30 nos vamos a ver el castillo, que nos ha faltado de ver antes. El tiempo ha empeorado visiblemente, ya que hace más fresco y ha empezado a chispear. 


El castillo cierra a las 7 y la última entrada es a las 6, llegamos casi por los pelos. La verdad es que es interesante. Está en un sitio muy bonito, con vistas al mar y es enorme y laberíntico. La entrada cuesta 4 € por persona. En la planta de abajo, podemos encontrar todos los animales que existen en la isla de Saaremaa e imagino que también en Estonia, disecados. Espero que sean maquetas. Después hay varios entresijos, pasillos y salas y después hay como tres plantas dedicadas a la historia del siglo XX, donde la invasión nazi y la soviética tienen un lugar muy importante. Es muy interesante y hay muchos objetos, con explicaciones en inglés. Al final, hay una reproducción de un piso típico de los años 60. De hecho hay personas mayores que aún tienen su casa de este estilo. Arriba del todo hay una salida a las almenas del castillo, desde donde puedes ver las maravillosas vistas al mar. Ahora llueve un poco más que antes.  En frente del edificio principal hay otro también muy grande. No se acaba nunca.  Hay una cárcel, una cocina, las dependencias de un obispo, un claustro, ... Ya hemos terminado de ver el castillo (están cerrando) con un poco de estrés, porque es muy grande y un laberinto, con escaleras y pasillos que entras por un sitio y sales por otro. 

Sugiero a Javi ir a la playa de Ohessaare, que he visto en la guía que hay como unos montones de piedrecitas hechos por la gente y quiero verla, pero está un poco lejos, no hay garantía que la encontremos y llueve bastante, así que desistimos. Damos una vuelta por el pueblo, que está muerto y encontramos un supermercado abierto, en el que compramos cosas para la cena. Volvemos al hotel.