19 DE OCTUBRE DE 2013
Lo primero que hago es mirar por la ventana para ver las vistas. Un océano verde se abre ante mí. Es un lugar realmente bonito. Me alegro muchísimo de haber elegido este hotel. Aunque el día no acompaña: ha llovido y está todo mojado, y parece que lloverá más tarde porque está muy nublado.
Pero la mayor sorpresa me la llevo al bajar al comedor. Hay una mesa enorme con un desayuno 5 estrellas solo para mí. Hay creppes, mantequilla, mermeladas, yogur, quirche, leche, té, pan y unas uvas pequeñitas y negras pero buenísimas. Todo elaboración propia o producto de los terrenos de la casa. Y la chimenea encendida, aunque quizá no haga falta. Total, un lujo.
Esta vez está el señor de la casa y es él el que me lo prepara todo. Me pide permiso para sentarse conmigo. Yo se lo doy y empezamos a hablar mientras yo disfruto de mi pedazo de desayuno. Me siento como una reina. Yo no hablo francés, chapurreo algo, pero si me hablan despacio, entiendo muchas cosas. Y así, poco a poco nos entendemos y hablamos de nosotros, me cuenta qué tal se vive ahí, me pregunta por la crisis de España...También me pregunta qué ruta estoy haciendo y al decirle yo que hoy hace un día feo, me dice que no me preocupe. En el mismo día puede llover y hacer sol varias veces durante el día, que la meteorología cambia de un momento a otro y también de un lugar a otro. Y tiene mucha razón, porque eso es lo que ocurre los días que estoy allí.
Después de desayunar, cojo el coche y me dirijo al bosque de Huelgoat, que según dicen las gentes del lugar es casi mágico. Por esa zona se cree que fue de donde el Rey Arturo sacó la espada de la roca. Esta zona es de una belleza increíble, y más ahora en otoño. Hay infinidad de caminos para hacer senderismo y para ver la zona completa seguramente se necesiten días, pero yo sólo voy a hacer una pequeña excursión de 1 hora, la ruta más corta. No tengo suficiente tiempo, porque voy a ir a ver otros lugares y además tampoco quiero caminar por el bosque yo sola. No es muy recomendable, así que deberemos dejarlo para la próxima ocasión, en la que seguramente iré acompañada.
Durante el camino me llueve a raudales, pero cuando aparco ya ha dejado de llover. Es fácil de encontrar porque está bien indicado. Me adentro en el bosque siguiendo un cartel que pone "La Roche", que es la ruta que voy a hacer.. El lugar es muy bonito y está lleno de unas rocas enormes y curiosamente cuadradas. Mira que la naturaleza es caprichosa....o es que algún ser humano o mitológico las ha colocado así a su gusto?
El camino me lleva a un lugar tenebroso llamado la gruta del diablo.
Después pasa por un merendero, un lugar inmejorable para merendar, desayunar o simplemente pasar un rato de relax. A medio camino, el día se abre y sale el sol. Veo que tenía razón el señor del hostal.
Paso por un puente
que me lleva a un salto de agua,
un lugar que se llama la charca de las hadas (me encontraré con alguna que quiera cumplir algún deseo?)
y la charca de los Jabalíes
Ahora reemprendo la vuelta hacia el coche mientras intento grabar en mi mente toda la belleza que veo y que siempre recordaré, y disfruto de estos momentos de paz e inspiración. Un lugar totalmente recomendable.
Próxima parada: Tréguier.
Tréguier es también un pueblo encantador que da a una ría. Cuando llego es la hora de comer y la marea está baja, dejando a la vista un enorme arenal. Aunque ha llovido bastante por el camino ahora ha salido el sol y hace un día maravilloso.
Veo una pizzería y entro a comer. Me como una pizza de salmón riquísima y después me doy una vuelta por el pueblo, que es también muy bonito con sus calles empedradas.
Poco después me encuentro con la iglesia, que para lo pequeño que es el pueblo me parece enorme. Es de piedra, muy antigua, se construyó entre los siglos XIV y XV. Y la verdad es que no es una iglesia, es una catedral. La catedral de Saint Tugdual.
Es de estilo gótico, muy grande y muy bonita, pero la verdadera delicia de la catedral es su claustro. Sólo cuesta 2 € entrar, pero merece totalmente la pena. Una de las señoras que atiende al público hablaba español y me estuvo explicando un poco sobre la catedral y el claustro y me dio un folio con información, que después tenía que devolver. Pero fue muy amable.
Debajo de los soportales hay algunas lápidas talladas de los caballeros más importantes del lugar, que además lucharon en las cruzadas.
Doy un pequeño paseo por el puerto y pongo rumbo a Pontrieux.
Pontrieux también es un pequeño y encantador pueblo, aunque considero que Tréguier es más bonito.
La oficina de turismo es una pintoresca casa azul llamada "La Torre Eiffel" pero ahora mismo está cerrada. En temporada baja sólo abren de 9:00 a 12:30 y ahora son las 16:00. No se estresan mucho aquí....
Por el pueblo pasa un canal. En la guía pone que en verano hasta el 30 de septiembre hacen paseos con barca pero ahora ya no.
Busco el puerto pero no lo encuentro, porque teóricamente este pueblo tiene puerto....Vuelvo a mirar la guía y me he confundido. El pueblo que busco es Sant Quay de Pontrieux. Voy para allá, que además está muy cerca.
St Quay de Pontrieux tiene pinta de ser un pueblo muy turístico. Aparco el coche y voy hacia un paseo que recorre varias playas pequeñas. Un paseo muy agradable. Lo recorro con tranquilidad.
Empieza a caer la tarde y tengo que irme hacia Dinan, que es donde está el hotel.
Cuando llego a Dinan ya es prácticamente de noche y parece ser que vuelvo a tener suerte con el aparcamiento. Es una estación de autobuses y es de pago, pero el sábado a partir de las 17:30, los domingos y los festivos es gratis, así que me libro.
Hoy estoy cansada y no me apetece cenar. Descanso un rato, hablo con los míos, leo y me voy a la cama. Mañana es mi último día en la Bretaña Francesa y tengo que aprovecharlo bien.
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