20 DE OCTUBRE DE 2013
El día amanece nublado de nuevo. Hoy es mi último día aquí, esta misma tarde vuelvo para Barcelona, así que tengo que aprovecharlo bien.
Desayuno y le pregunto a la recepcionista del hotel si el casco antiguo queda muy lejos y me dice que no, que hay como unos 10 minutos a pie.
Qué ver en Dinan:
- El puerto
- El castillo
- El casco antiguo
- Las murallas
Encuentro fácilmente el casco antiguo. Da gusto, una vez más, caminar por las calles desiertas con todo el tiempo del mundo para poder verlo todo bien y hacer fotos sin que nadie te agobie.
El casco antiguo es bastante grande. Tiene una calle principal muy larga y empinada, que baja hasta el río, donde hay un puerto pequeño.
Desde el río veo una torre y murallas. Paseo. El día empieza a abrirse poco a poco y hace buena temperatura. Me sobra la chaqueta.
Vuelvo por esa misma calle. A la mitad hay un acceso a las murallas y accedo.
Salgo de la muralla por otra calle y precisamente encuentro el castillo de casualidad, que está cerrado. Del 1/10 al 31/05 sólo abren de 13:30 a 18:30 y sólo son las 10:30 de la mañana. Qué horarios más raros llevan aquí...
Vuelvo hacia el coche y me voy hacia Saint-Malo.
Saint-Malo es una ciudad bastante grande, bonita, muy turística y con muchas cosas para ver. Yo estuve un rato y me faltaron muchas cosas, entre ellas el acuario, por ejemplo, pero si no, no me daba tiempo. Os recomiendo que o bien estéis todo un día entero aquí desde las 9:00 de la mañana hasta las 7:00 de la tarde, o bien que empleéis dos días.
QUÉ VER EN SAINT-MALO:
- El casco antiguo, que está amurallado
- El castillo, donde está el museo de la ciudad
- La casa del Corsario
- El pequeño acuario intramuros
- La Isla del Grand Bé, a la que se puede acceder a pie cuando la marea está baja
- Fuerte del Petit Bé
- Torre Solidor
- Gran acuario
En media hora ya estoy en Saint-Malo. Ya es medio día. Se nota que es una ciudad muy muy turística: está llena de gente y el aparcamiento es de pago. Qué lástima, con lo tranquila que he estado estos días, pero esa no es la tónica habitual. Habrá que irse acostumbrado a la vuelta a la rutina....
Llueve, hace viento y hace fresco. Entro por la puerta principal al casco antiguo y me subo a la muralla. La recorro. Desde ahí tengo una bonita vista del mar y de las playas. También hay algunos islotes. El color del agua tiene que ser precioso, pero como el día está gris no se puede apreciar.
Desde ahí veo la oficina de turismo, que está fuera de las murallas. Para una vez que la encuentro y que además está abierta, decido ir. Está llena y me toca esperar un rato. Me dan un mapa de la zona intramuros con una ruta para hacer.
Veo el museo pero ahora está cerrado. El Horario es de 10:00 a 12:00 y de 14:00 a 18:00. Decido visitarlo después de comer.
Camino un rato por las calles y se hace la hora de comer. Hay multitud de restaurantes especializados en marisco.
Elijo un restaurante donde hay una estatua de una bruja y donde hay un menú de 13,50 € en el que puedes elegir 1 plato y un postre o bien 2 platos. Prefiero dos platos, el postre ya me lo comeré en el Mont- Saint - Michel. De primero almejas con una salsa riquísima. De segundo mejillones con patatas fritas. Sí.... es una combinación rara aquí, pero allí y en Bélgica es muy típico.
Mientras como diluvia, pero al salir brilla el sol como si no hubiera un mañana. Increíble los cambios de tiempo que hay aquí. Voy al museo, que ya está abierto. La entrada es de 6 €.
No es gran cosa, pero está bien. Hay sobretodo objetos relacionados con los corsarios y algunas cosas más, así como una maqueta de Saint-Malo. En menos de una hora veo el museo y recorro de nuevo la muralla para hacer fotos, ahora que con el sol se verá todo precioso.
Y no me equivoco. Una pena no tener suficiente tiempo para caminar por la bahía y acercarme a las islas...
Me tengo que ir ya para Mont-Saint Michel o no llegaré a tiempo. Pago el parking, que me cuesta 4 € por casi 3 horas. Está bastante bien. Me da mucha lástima no tener tiempo suficiente para ver bien esta ciudad, pero volveré algún día.
Pongo rumbo al Mont-Saint-Michel. La silueta del monte se va dibujando tímidamente en el horizonte.
El primer cabreo de las vacaciones me asalta. Me parece un timo. Te hacen aparcar a 3 km del monte. LITERALMENTE. Entiendo que quieran preservar el lugar pero se han pasado cuatro pueblos... Para colmo es de pago, algo que ya esperaba.
No hay ninguna indicación y empiezo a caminar hacia él. La estampa es bonita. Se ve el monte a lo lejos rodeado de un montón de campos. Giro a la izquierda más por intuición que por otra cosa. No sé si ese es el camino o no. Estoy a punto de dar la vuelta atrás.
Cuando ya llevo caminando unos 15 minutos por lo menos veo un cartel en el que pone que es recto y que hay 35 minutos andando!! Estoy indignada. Pone que a la izquierda hay autobuses pero no sé si se refiere a autocares o qué.
Mientras voy caminando veo que hay autobuses lanzadera. Hombre, qué detalle! Espero que sean gratuitos. Para poder cogerlo, debería desandar casi la mitad de lo andado y ya me da igual. Lo cogeré a la vuelta.
Ya he llegado. Sinceramente es....mágico e impresionante.
Después de casi una hora andando entro por fin en el recinto. Esta vez la oficina de turismo está nada más entrar. Me dan un plano en español y me dice algo de la abadía y las 5 de la tarde, por lo que entiendo que la cierran a esa hora.
Se nota que es un sitio muy explotado turísticamente. Está todo lleno de gente de todas las nacionalidades. Oigo hablar español por primera vez en 4 días, pero son de Sudamérica. Me siento agobiada con tanta gente, especialmente después de estar tantos días en lugares casi desiertos. Cómo lo echo de menos!
Pensaba que habrían varias calles, como en Carcassonne, pero esto es mucho más pequeño. Sólo hay una calle que sube a la basílica, atestada de gente (casi no puedo hacer fotos), tiendas de souvenirs, creperías y restaurantes.
Después de una agotadora subida llego por fin a la entrada de la abadía. Y el poder entrar cuesta la friolera de 9 €! 9 EURAZOS!!! (Segundo timo del día) pero claro, después de subir todo lo que he subido, cualquiera dice que no y se da la vuelta.
La abadía es muy grande, tiene bastantes salas y es muy bonita y recomendable de ver. Qué menos, por ese precio.
Tiene unas vistas espectaculares a la bahía, la cual ahora se encuentra con la marea baja. A lo lejos se ven varios grupos guiados recorriéndola. Supongo que se contratará en la oficina de turismo. Es muy peligroso aventurarse solo porque la marea sube muy deprisa y te puedes quedar atrapado fácilmente.
Hay carteles con los horarios de la bajada y subida de la marea. Tiene que ser algo increíble de ver, pero yo lamentablemente no puedo, porque en una hora máximo tengo que irme para el aeropuerto.
En unos 45 minutos acabo la visita. Miro a ver si hay alguna calle más para ver, pero no, así que bajo por la calle principal. Hay varios museos: el del mar, de la ecología, histórico....pero yo no tengo tiempo de verlos.
Bajando entro en varias tiendas de souvenirs para comprar los últimos recuerdos. Decido entrar en una creppería para comerme la última creppe y también porque ya toca el postre ;). Esta vez escojo uno con nocilla, plátano y nata y para beber un batido de fresa. Tiene vistas al arenal y es precioso. Me cuesta lo mismo que la comida en Saint-Malo, pero casi lo esperaba y además merece la pena.
Sigo bajando y abandono el monte para coger el autobús de vuelta. Echo algún vistazo más y me voy.
Hay muchos autobuses que vienen cada 2 minutos. El primero que llega lo cojo y afortunadamente es gratuito (ya es raro). En la ventana trasera veo como el Mont-Saint-Michel se va haciendo cada vez más pequeño.
En 5 minutos acaba el viaje de autobús (menuda diferencia) pero aún tengo un buen cacho hasta el coche. Llego y busco el cajero para pagar el párking, pero no lo veo. Pregunto a un hombre y me dice que está al final del párking. No exagero si digo que hay más de 10 minutos caminando. La creppe que me he comido la quemo fijo.
Encuentro la caja por fin. Hay un montón, así que no tengo que hacer cola, menos mal. Tercer timo del día.
Y aquí llega el mayor timo del día y puede que de mi vida: el precio. 12 € por sólo 2 horas y media!!! de las cuales una hora y media me las he pasado caminando para ir o volver. Me llevo las manos a la cabeza. Me indigno muchísimo. Está todo mal organizado y se aprovechan del visitante de una forma descarada. Me he llevado una decepción.
El monte es muy bonito y de verdad que recomiendo venir a verlo, pero esperaba mucho más.
Pongo rumbo al aeropuerto de Rennes, al cual he de llegar a las 20:00 porque tengo que devolver el coche y tal y el vuelo sale a las 21:55.
Para ser mi primer viaje sola, ha sido una gran experiencia. He conocido gente muy interesante y amable, he visto lugares preciosos y me voy con muy buenas sensaciones.
Qué lástima tener que volver y no poder quedarme aquí.....
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