23 DE AGOSTO DE 2014
Hoy, para terminar nuestro viaje por esta maravillosa tierra
que nos ha encantado, vamos a terminar con un gran “highlight” para dejar el
pabellón alto y un inmejorable sabor de boca. Hoy toca visita a la Playa de las
Catedrales. Lo mejor es informarse previamente en internet buscado en Google
“hora de la Bajamar en la Playa de las Catedrales para el día….” y comparad
varias páginas por si acaso. El momento de la Bajamar es cuando la marea está
completamente baja y se puede visitar bien esta playa que quita la respiración.
En cambio el momento de la Pleamar es cuando la marea está totalmente alta y no
sé ve nada. También debe ser bonito irla a visitar en el momento de la Bajamar
y volver para ver cómo va subiendo la marea poco a poco, pero nosotros no
pudimos verlo.
En nuestro caso, la Bajamar en este día era a las 09:55 pero
es recomendable llegar una hora antes. Nosotros a las 09:10 ya estamos
aparcados. Hay muy poca gente. Igual que en las Islas Cíes o la Isla de Ons,
hay que respetar mucho el entorno. No se puede subir a las rocas, por supuesto
no tirar basura y demás indicaciones que podréis ver en diversos carteles. Por
favor, intentad no tocar nada, respetar realmente el medio porque de esta
manera podrá seguir siendo un sitio del que se pueda disfrutar. La playa se
está deteriorando mucho con tantos visitantes, los cuales muchas veces no
respetan nada, y al final conseguiremos que o bien se restrinja el acceso, se
cobre entrada o que se cierre al público.
Es muy difícil describir esta playa con palabras. Bonita, preciosa,…. Se quedan cortas. Tenemos la suerte de que como es temprano podemos pasear tranquilamente, disfrutando de verdad el momento, hacer todas las fotos que queramos desde varias perspectivas, casi sin gente…. A medida que va pasando el tiempo va llegando más gente.
De repente un sonido muy familiar emerge de una pequeña gruta. Como hipnotizados nos acercamos para ver de dónde viene. Se trata de una gaita. Ese instrumento alegra el alma, pero creo que no hay mejor música para acompañar el momento. Es algo que se te queda grabado en la memoria y en el alma. Se trata de un gaitero que está dentro de una pequeña cueva. La acústica es genial.
Después de alrededor de hora y media (como decía nos lo hemos tomado con muuuucha calma) ya empieza a haber mucha gente y empezamos a salir. Empieza a llegar un montón de gente, menos mal que nosotros ya nos vamos porque sería muy agobiante. Decidimos desayunar en un bar que hay justo al lado del aparcamiento. El bocadillo es tan grande que ya no volvemos a tener tanta hambre en todo el día.
Son ya las 11 y ya vamos a empezar el camino hacia A Coruña. 150 kilómetros nos separan del aeropuerto, pero nosotros haremos una ruta más larga y así vemos algo de las Rías Altas. Antes vamos a visitar el pueblo de Ribadeo. Ribadeo también está muy bien. Tiene su casco antiguo, su zona del puerto, ….
La oficina de turismo es bastante interesante. Te dan mucha información de la zona, que tiene un gran valor medioambiental y hay una exposición permanente (si no recuerdo mal) de toda la tragedia ecológica del Prestige. Paseando por el puerto se ve un pueblo en frente muy bonito y Pintoresco llamado Rinlo, pero vamos a dejarlo para otra ocasión. Ya es la 1:00 y nos vamos a Ortigueira. Tardamos bastante porque vamos rodeando la cosa, pero merece mucho la pena.
En Origueira aparcamos y damos un agradable paseo por la ría. Después nos sentamos en un banco frente a ella y nos dejamos llevar por el relax. Nos quedamos así bastante rato. Luego ya emprendemos el camino para el aeropuerto.
Como llegamos un poco pronto, paramos en bar de A Coruña
para tomar y picar algo (por comer un poco por si nos diera hambre en el avión,
pero después del gigantesco bocadillo de La Playa de las Catedrales apenas
tenemos hambre). Y ya sólo queda despedirnos de este increíble lugar que nos ha
cautivado, al que seguro que volveremos más bien pronto que tarde, pensando en
cuál será nuestro próximo destino.
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