3 de septiembre de 2016
A las 7:40 de la mañana
aterrizamos en Ibiza. Durante el vuelo hemos podido disfrutar de un bonito
amanecer. Después de recoger la maleta que hemos facturado, nos vamos al punto
de encuentro donde viene la lanzadera para llevarnos a recoger el coche que
hemos alquilado.
Cuando llegamos al local, vemos
que hay un montón de gente. Hay que coger número pero la pantalla está en negro
y no avanza nada. Cada vez llega más gente y es todo muy caótico. Y la gente
empieza a ponerse muy nerviosa. Yo pienso tomármelo con filosofía. Estoy de
vacaciones y paso del estrés. Tras un buen rato llega otro empleado que empieza
a organizarlo todo. Arregla la máquina de los tickets, que parece que se había
estropeado, intenta que salga por la pantalla, pero no lo consigue, así que los
empleados van diciendo el número en voz alta y vamos pasando.
Como devolveremos el coche fuera
de horario de oficina hay que pagar 40 € más. Eso no lo pone en ningún sitio y
haré una reclamación. El coche que habíamos alquilado es categoría Renault
Clio, pero como no hay, nos dan uno superior: un golf blanco. Hala, por fin,
después de más de una hora, ya tenemos coche. Salimos pitando.
Vemos un bar al lado del local
donde alquilan los coches y desayunamos que nos hemos levantado a las 04:15 de
la mañana y no tenemos nada en el estómago. Luego ya emprendemos el camino al
apartamento, que está en Es Canà, en Punta Arabí. Se ve que es un zona
turística con bares, restaurantes, tiendas, apartamentos y hoteles, pero no
demasiado agobiante. Está en el punto medio de no ser agobiante y no estar en
medio de la nada. Aparcamos sin dificultad en la calle.
El apartamento está genial, pero
lo mejor son las vistas. El mar….Y sólo lo tenemos a unos 10 metros. Son algo
antiguos pero están reformados y está genial.
Nos instalamos y vamos a hacer
algo de compra para desayunar, tomar algo por las noches y cenar. La compra nos
resulta carísima, casi el doble de lo que pagamos normalmente, pero ya sabemos
que esto pasa en las zonas turísticas. Además está genial porque hay tamaños
ideales para pocos días y pequeñas cantidades y eso siempre es caro. No entiendo
por qué. Decidimos que hoy haremos comida y comeremos en el apartamento.
Antes de comer necesitamos un
bañito porque el calor es insoportable, y ya que tenemos tan cerca el agua,
decidimos explorar la cala que tenemos justo delante del balcón. Es una delicia el agua tan
fresquita y limpia. Estrenamos las bambas de agua y nos pegamos un maravilloso
y relajante baño. Después vamos a comer. Comemos en el balcón del apartamento,
que se está genial y nos echamos una siesta porque estamos reventados del madrugón
de esta mañana.
La idea era ir a otra cala, pero
entre una cosa y otra se nos hará tarde. Nos quedaremos en esta y
aprovecharemos para estrenar nuestras gafas de buceo
En cuanto nos sumergimos en el
agua….Mola un montón!! Hay un montón de peces!! Siempre me ha gustado bucear
pero hacía muchos años que no lo hacía, desde que era pequeña. Y me alegro un
montón de hacerlo.
Tras la primera toma de contacto,
empezamos a utilizar la Go Pro que hemos alquilado. La lástima es que no tiene
pantalla, así que no ves lo que estás grabando, pero bueno, para
empezar…..Hacemos fotos, varios vídeos de prueba…..En realidad gravamos y
hacemos fotos a todo. Algo saldrá…..
Y entonces…..vemos un pulpo!!!
WOW!!!! Es increíble. Sé que alguno pensará que somos unos flipados, pero no
estoy acostumbrada a ver pulpos en el mar y me parece precioso. Me siento como
si estuviera dentro de un documental del mundo marino. Y esto es el
Mediterráneo. Debe ser una pasada en el Caribe o en otros mares con más
variedad de peces. Pero la Go Pro se queda pillada. Mierda!! No va. Nada, no
reacciona.
Salimos del agua, esperamos un
poco y nada. Jo, qué lástima. Queríamos hacerle fotos al pulpo y grabarlo pero
no ha podido ser. Esperamos ver otro pronto. Nos asustamos un poco de que la
cámara se haya estropeado y decidimos no volver a meterla en el agua hoy, por
si acaso. Y seguimos buceando.
Encontramos otro pulpo, esta vez
más pequeño y nos quedamos un buen rato mirándolo como camina por el fondo y se
esconde en una roca. Son las 18:00 y decidimos irnos a ducharnos para visitar
la ciudad de Ibiza.
Volvemos a probar la Go Pro y
funciona perfectamente. Igual antes le ha dado un arrechucho o a lo mejor
llevaba demasiado tiempo debajo del agua…..La verdad es que no tenemos ni idea
porque no entendemos de estos temas. Sabemos que está preparada para ello, pero
parece que la funda tiene una pequeña fisura y por ahí se filtra un poquito de
agua. Quizá eso sea lo que le haya afectado...El caso es que no nos vuelve a
pasar más en los días en los que estamos aquí (menos mal) y se tira más horas
en el agua.
Partimos hacia Ibiza ciudad. Ya
se ha hecho bastante tarde y casi está anocheciendo. Intentamos aparcar cerca
de la Vila, pero es imposible. Lejos tampoco se puede. Damos varias vueltas y
lo intentamos de varias formas. No la podremos ver. A ver si tenemos tiempo
otro día….Cuando ya casi nos rendimos, encontramos un sitio y aparcamos. La
Vila queda lejos y además como ya es de noche no la podremos ver bien, pero por
lo menos daremos una vuelta. Nos damos cuenta de que hemos aparcado muy cerca
de Pachá.
Damos una vuelta por lo que
parece ser una zona residencial y de apartamentos con un parque y muy cercano
al puerto. Hay varios restaurantes y locales pero no hay nada de ambiente.
Caminamos un poco por la zona y luego vemos un cartel que indica el centro.
Vamos para allá.
Tras unos 15 minutos caminando
llegamos a la zona con más ambiente. El puerto olímpico, y un montón de
callecitas empedradas con casas blancas, un montón de tiendas, bares,
restaurantes, pubs, etc. Estamos en el barrio de La Marina.
En el puerto hay unos yates
lujosísimos pero nos llama la atención uno en particular que es enorme. No
sabemos cuánto debe medir, pero por lo menos unos 50 metros de largo y es como
un bloque de dos pisos de alto. Tiene seguridad en la puerta. Debe ser de
alguien muy importante pero nos quedamos con las ganas de saber de quién.
Buscamos un sitio para cenar,
todo está bastante lleno pero no tenemos dificultad para encontrar un lugar en
una pizzería que tiene mesas en la calle. A estas horas se está genial en la
calle. Después de cenar damos un paseo por todas esas pequeñas calles, entramos
en varias tiendas y hacemos algunas compras.
Sobre las 12:30 nos volvemos para
el coche y nos vamos al apartamento. Y nos tomamos un cubatita tranquilamente
en el balcón, con el único sonido de las olas y la luz de la luna. No hay mejor manera de acabar nuestra
primera noche en Ibiza.
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