sábado, 4 de febrero de 2017

1ER DÍA: BASILEA

SUIZA

Suiza es un pequeño país rodeado de montañas, lleno de lagos y con muy buenos quesos y chocolates. Es un país precioso y...Caro. Es bastante caro.

Como os contaba en la introducción, si vais a conducir por Suiza, tenéis que utilizar la viñeta. Los coches de alquiler ya la llevan y no os tendréis que preocupar por ello, pero si vais con vuestro propio vehículo sí que la tendréis que comprar sin falta, porque os multarán. En todas las autopistas hay unas cámaras que controlan que la lleves puesta y si no te paran y no la llevas te cascan una buena multa.

La podéis comprar nada más pasar la frontera en la primera gasolinera que veáis. Se pega en la luna delantera del coche, centrada y arriba.


Tiene este aspecto.

Cuesta unos 36 € y vale para todo un año entero. La de la foto es de 2016.









En Suiza hay ciudades muy interesantes para ver como Basilea, Zurich, Berna (que es la capital), Lucerna, Ginebra, Lausana, Friburgo o Winterthur.

Y también pueblos maravillosos como la zona de Interlaken, Gruyères, Murten, Davos, Locarno, Sankt Mortiz, Thun, y un largo etcétera. 

Pero yo me centraré en lo que hemos visto esta vez, que son Basilea, Murten y Gruyères.


QUÉ VER EN BASILEA:

Principalmente hay 3 barrios:

  • Gross Basel (la gran Basilea)
  • Klein Basel (la pequeña Basilea)
  • Sant Alban


Gross Basel:

  •       Marktplatz (plaza del mercado)

  • -    Rathaus (ayuntamiento). Su fachada es roja y tiene dentro un patio donde hay varios frescos.
Dejando atrás el Rathaus llegamos a la Freie Strasse, el eje del casco antiguo.
  • -    La Catedral, que se sitúa en la Müsnterplatz (Plaza de la Catedral). En ella está enterrado Erasmo de Rotterdam


  • -          Hay varios museos como el de Historia Natural, el de Historia o el Museo de la Cultura

  • -          Y las calles varias por las que os podéis perder sin prisa.


Klein Basel:

  • -          Podéis acceder a ella desde cualquiera de los dos puentes de piedra que existen.

  • -          Es más urbana y menos turística que Gross Basel, pero no por ello menos interesante.

  • -   Está llena de galerías de arte, centros culturales, locales varios y cervecerías tradicionales.

  • -          Parque Solitude



Saint Alban:

  • -   Hay anticuarios, joyerías y otras tiendas tradicionales entre viviendas de aspecto medieval.

  • -        También hay varios museos importantes: Kunstmuseum, Antikenmuseum, Karikatur & Cartoon Museum,…










Pasear por la orilla del río también es muy agradable. No dejéis de hacerlo.







Por si queréis ver los alrededores de la ciudad, a 11 km al sur se encuentran los restos de Augusta Raurica, unas ruinas romanas donde aún se pueden ver restos del anfiteatro, las termas y algunos templos.


QUE VER EN MURTEN 


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El casco antiguo. Es un pueblo muy pequeño rodeado por una muralla.
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         Os recomiendo también pasear por la cornisa de la muralla, que os dará una bonita perspectiva del pueblo y del exterior de la muralla





QUE VER EN GRUYÉRES (SUIZA)





  • El pueblo
  • El castillo
  • Museo del Tibet
  • Museo HR Giger (el creador de Alien)






Alrededores:





  • Dent du Chamois
  • Dent de Broc
  • Moléson
  • Lac de Montsalvens 







24 de noviembre de 2016


Por fin ha llegado el día y muy contentas nos dirigimos al aeropuerto de Barcelona para volar a Basilea. El avión sale a las 11:00. El vuelo es más que movidito. Hay un montón de turbulencias. El vuelo dura dos horas y nos pasamos más de una hora que no permiten ir a los lavabos. Mi madre y mi hermana están la mar de tranquilas, pero yo lo llevo fatal. Por fin aterrizamos en Basilea. El cielo está muy encapotado y parece que va a llover. Espero que si lo hace no sea mucho.


Suiza no forma parte de la Unión Europea, aunque sí está dentro del convenio que permite viajar sin pasaporte a los comunitarios. Igualmente tenemos que pasar el control de aduanas y enseñar la documentación. Una vez hecho esto, nos llama la atención que casi ya saliendo una vez cogida la maleta vemos “frontera francesa”. Buscamos la casa de alquiler del coche y cuando la encontramos nos dicen que sí, que es esa empresa, pero que estamos en la parte francesa y nosotras hemos alquilado el coche en la parte suiza.

Aquí empezamos a darnos cuenta del cachondeo de aeropuerto en el que estamos. Y es que Basilea está en Suiza pero muy muy cerca (quizá 5 km) de la frontera francesa y a también muy pocos kilómetros de la frontera alemana. Así que hemos aterrizado en Francia y tenemos que ir a Suiza a recoger nuestro coche.

Caminamos hasta la otra punta del pasillo (suerte que este aeropuerto no es muy grande) y llegamos a la parte suiza. Hacemos todo el papeleo con el coche y enseguida lo estamos cogiendo. Es un clio gris plateado que está muy bien y además tiene radio con USB! Genial porque así podemos escuchar musiquita del pen drive, porque no llevamos ningún CD. Ponemos en el GPS la dirección del hotel de Basilea y nos encaminamos hacia allí.

Llegamos enseguida al hotel. Es un Ibis Budget. Aparcamos en el parking, hacemos el checking, dejamos las maletas y comemos algo de lo que llevamos en la maleta, que ya son más de las 15:00 de la tarde y no hemos comido nada desde las 9:00 de la mañana. Hemos decidido que las cenas las haremos low cost y hemos traído cosas de casa: latas, embutido, olivas, etc. Sólo tendremos que comprar pan y la comida del medio día la haremos un poco más completa.

Mola porque en el hotel nos regalan 24 horas gratis de transporte público y sirve para el tranvía y los autobuses, así que perfecto. No estamos excesivamente lejos del centro, pero sí tenemos media hora andando o más, y preferimos no darnos la paliza. Tenemos una parada de tranvía muy cerca del hotel, así que este será nuestro medio para llegar al centro.

Cogemos la dirección equivocada y nos damos cuenta cuando llevamos ya al menos 10 paradas. Bajamos y lo cogemos en la dirección contraria. Cosas que pasan….Y así ya tenemos la primera anécdota. Suerte que los tranvías pasan con mucha frecuencia: unos 2 minutos aproximadamente. Mientras vamos haciendo broma de los nombres impronunciables de muchas de las paradas. Suerte que, aunque ya prácticamente haya olvidado hablar alemán, por lo menos recuerdo la pronunciación y algunas cosas que van surgiendo rebuscando en mi mente.






Sobre las 15:45 ya estamos en el centro y buscamos un sitio para comer porque tenemos mucha hambre. Vemos un Burger King y, aunque preferiríamos otra cosa, es lo más fácil y rápido. Sobre las 16:20 ya estamos listas y empezamos a pasear por el casco antiguo de Basilea. 










Lástima que se está haciendo de noche, pero aquí la navidad llega con bastante antelación y ya están todas las calles y tiendas adornadas. Los adornos son preciosos. Quizá se podría pensar que están recargados, pero la verdad es que está todo muy bonito y el espíritu navideño se contagia.














Nos perdemos por las calles del casco antiguo, 


















damos con el Ayuntamiento rojo



















y vamos a parar a un bonito mercado navideño, con sus paradas todas de madera, tan bonitas…..Y por supuesto flota en el ambiente el olor a vino dulce especiado caliente. Pasamos un buen rato en este mercado 

















y luego vamos hacia la parte del río.











Es una lástima que se nos haya hecho tarde, porque nos hubiera gustado mucho caminar por esta zona. Pero está muy oscuro y no se ve nada, y mañana nos marcharemos temprano. Compramos pan para la cena y buscamos algún sitio para tomar un té. Estamos a 7º y no hace mucho frío pero sí que sería agradable tomar algo caliente.






Nos llama la atención que en la puerta de muchos establecimientos tienen un tronco ardiendo en una estructura. Queda muy bonito y aparte de dar calor, queda más acogedor. Nos fijamos en que en todos los bares la gente bebe alcohol y no encontramos ninguna tetería. Pregunto a un chico que parece ser de aquí (tengo suerte, lo es) y me dice que podemos ir a cualquier sitio porque en todas partes sirven té. Y le hacemos caso, entramos en el primer bar que nos encontramos.

Y he aquí la gran anécdota del viaje: entramos en un lugar muy raro, parecido a un club privado, aunque es de acceso público, decorado muy raramente, muy kitsch, muy recargado todo, con moqueta por todas partes. Y huele como si hubieran fumado, aunque no vemos a nadie haciéndolo. La mujer que lo lleva es mayor, pero viste muy estrambóticamente.

No habla inglés, pero como podemos le decimos que queremos tomar té (como os decía casi he olvidado el alemán) y nos trae la carta. Hay cuatro tipos de té. Mi hermana lo mira y nos dice que cree que todos son con alcohol y le decimos: “no hombre, no, cómo van a tener alcohol los tés??” Sólo hay cuatro y uno de ellos pone “jager tee”. Decidimos pedir éste, por ejemplo, pero mi hermana nos dice que está bastante segura de que lleva Jagermeister.

Y no se equivoca. Cuando nos trae el té, tiene una peste a alcohol que echa p’atrás. Entre lo caliente que está y lo malo que está el licor, no hay quien se lo beba. Como comprenderéis nos echamos un buen rato de risas, sobretodo para ver cómo le decimos a la camarera que no nos gusta. Le damos unos cuantos sorbos. Lo intentamos porque el té cuesta nada más y nada menos que 7  eurazos y no es cuestión de desperdiciar, pero nos rendimos enseguida. Está malísimo y además vamos a pillar un pedal del copón. Pedimos la cuenta e intentamos explicarle a la mujer que pensábamos que el té era sin alcohol y que no nos ha gustado. Parece que lo ha entendido, pero tampoco nos ofrece darnos uno sin alcohol. Nos vamos.

Son ya las 21:00 y decidimos volver ya al hotel para ducharnos, descansar y cenar. Mañana toca visitar Murten y Gruyéres.

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