domingo, 28 de diciembre de 2008

OCTUBRE 2005-CUENCA

En octubre de 2005 Javi y yo decidimos pasar un fin de semana en Cuenca, una preciosa ciudad que no debéis dejar de visitar.

Lo cierto es no se necesita mucho tiempo para visitar la ciudad. Lo podéis hacer en medío día y ver las famosas Casas Colgadas y al día siguiente podéis ver el nacimiento del río Cuervo y la ciudad encantada.
Para llegar a Cuenca hasta Teruel, muy bien, porque vas por autopista o autovía, pero una vez llegas a esta provincia has de ir por carreteras comarcales y tardas más.

En la oficina de turismo os darán un plano de la ciudad con un itinerario por la parte antigua. Es lo más recomendable para verla. También había visitas guiadas, pero hay que pagar y han de ser grupos de más de 10 personas, creo. Nosotros la hicimos por nuestra cuenta. Nos encantó, es una cuidad muy bonita. Las Casas Colgadas impresionan, al estar al borde de un precipicio, parece que se vayan a caer. Dentro albergan un restaurante-mesón y un museo de arte abstracto. Sólo las vimos por fuera. La mejor vista que tienes de ellas es desde el Puente de San Antón, un puente colgante fijo desde el que se ven unas buenas vistas, no recomendado para las personas que padezcan vértigo porque la verdad que da un poquito de cosa...





Casas Colgadas

También es bonita la Catedral y el parador nacional, que antiguamente era un convento.








Al día siguiente visitamos la ciudad encantada. Es
Puente de San Antón
un paraje repleto de rocas que el tiempo, la lluvia, el viento y la erosión ha convertido en formas realmente curiosas: por ejemplo hay una en forma de seta, otra en forma de cara de hombre, etc. Hay algunas en las que tienes que ponerle un poco de imaginación pero en otras lo ves enseguida, es realmente sorprendente.

Después de ver la ciudad encantada, nos fuimos a ver el nacimiento del Río Cuervo. No está muy bien indicado y nos costó encontrarlo. Dimos con el sitio, pero lo que es el nacimiento, es decir por donde sale el agua, no lo vimos por ningún sitio. Yo esperaba que fuera algo así como las Fuentes del Río Llobregat, pero no. Al menos nosotros no supimos encontrarlo. Pero vale la pena ir sólo por los parajes que lo rodean, tan verde, es un sitio precioso.
Rocas de la Ciudad Encantada


Después de esto ya nos encaminamos de vuelta a casa. La anécdota del viaje fue que en una de estas carreteras, asfaltadas pero perdidas de la mano de dios, en el momento en que menos lo esperábamos, nos encontramos de bruces con dos ciervos en medio de la carretera. Suerte que Javi no iba deprisa y pudimos frenar a tiempo, pero nos llevamos un buen susto. Los animales nos miraron, se dieron la vuelta y salieron corriendo. Nos pareció maravilloso poder ver a estos animales tan bellos en absoluta libertad, nosotros no estamos acostumbrados a esto. Esta foto que os adjunto es justamente unos minutos antes.


Y qué decir de la comida. La verdad es que se come genial y por muy buenos precios. Lo más recomendado es la carne de caza: ciervo, jabalí y la perdiz pero también hay otros platos muy sabrosos, por ejemplo el morteruelo, migas, el ajoarriero, hecho de bacalao y truchas de los ríos cercanos.
Otra buena experiencia que añadir.

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