domingo, 21 de marzo de 2010

PREDJAMA-PISA Y VUELTA A CASA

18 DE AGOSTO DE 2009

Con mucha pena, abandonamos Croacia. Un bellísimo país en el que hemos estado de maravilla y donde sus gentes nos han acogido muy bien. Es un país que recomiendo a todo el mundo por lo bonito que es, por lo bien que se está y por que es barato. Reúne todas las buenas condiciones de un producto: bueno, bonito y barato.


Nuestra próxima parada es Predjama, ya en Eslovenia. Nos vamos a alojar en una pensión en la aldea de Crni Vrh, muy cerca del castillo de Predjama, a unos 7 kilómetros. Este paraje está enclavado en los Alpes Julianos y se empieza a notar enseguida por el paisaje, que nos recuerda mucho a Austria y al sur de Alemania. El intenso verde de los prados se acentúa con el sol. Es de una belleza indescriptible. Al poco tiempo nos encontramos con la aduana. Volvemos a la Unión Europea de nuevo, por lo que suponemos que será un mero trámite, pero resulta ser todo lo contrario: la más difícil. Llegamos a un pequeño paso fronterizo compuesto por una cabaña de madera y una barra para que no puedas pasar sin detenerte. Nos piden los pasaportes desde la ventanilla, se los llevan y durante un buen rato nos tienen allí esperando. Nosotros, nerviosos, nos preguntamos qué demonios pasa. Nos los devuelven y en menos de 10 metros nos hacen parar de nuevo para repetir la operación. Cuando ya creemos que por fin nos hemos librado un sargento gordo y mayor nos da el alto y Javi tiene que dar un pequeño frenazo para no pasarnos, ya que no hay ninguna barra y pensábamos que ya habíamos pasado la aduana. Pero no, nos pide de nuevo los pasaportes y nos pregunta algo en esloveno que nosotros no entendemos. Al final, deducimos que lo que quiere es que abramos el coche y así lo hacemos: maletero, los asientos traseros,...Echa un vistazo y por fin nos deja libres de una vez. Es lo que tiene no tener trabajo, se aburren. Y es normal, porque por allí no tiene pinta de pasar mucha gente a menudo. Durante todo el rato que estamos, que al final hacen un total de 20 minutos, no ha pasado ni un sólo coche.

Llegamos a la pensión de Crni Vrh y nos instalamos. Decidimos comer en el restaurante de abajo porque tiene parece ser que se come muy bien y no nos equivocamos. Yo escojo un plato con varias degustaciones típicas eslovenas, buenísimas y Javi se decanta por un entrecot a la pimienta de una calidad exquisita, que tampoco nos sorprende, porque con esos prados las vacas tienen que criarse bien. Después de comer nos vamos hacia el Castillo de Predjama. Este peculiar castillo, colgado de un precipicio de 123 metros de altura y encastrado en la montaña, es uno de los monumentos más espectaculares de Eslovenia. Decidimos pillar un pack de las entradas del castillo, más las cuevas del mismo y las Cuevas de Postojna, que están a pocos kilómetros de allí. Todo nos cuesta unos 30 € por persona y sale más barato haciéndolo de esta forma. Una vez más el calor es sofocante y, al igual, que Praga, el sitio está tomado por las avispas. Para nuestra sorpresa, de nuevo, hay bastantes españoles.


La visita guiada para para las cuevas del castillo es a las tres, por lo que tenemos que esperar un rato. Después de visitarlas, veremos el castillo. Por fin aparece la guía y nos lleva por un camino abajo del castillo, ya que a la gruta se entra por debajo y saldremos por encima del castillo. Somos un grupo reducido, de unas 10 personas compuesto por dos españoles (Javi y yo), una pareja de italianos y 6 polacos. La guía, que es eslovena, empieza a darnos las explicaciones, primero en español, después en italiano y después en inglés, ya que no habla polaco. Cuando llevamos un rato así nos pide si puede decirlo sólo en inglés, para no tener que repetir tanto y ninguno pone objeción. La cueva es bastante oscura y cada uno llevamos una linterna. Tenemos que subir una empinada escalera metálica en medio de la oscuridad, que la verdad da bastante yuyu dos veces para acceder a los dos niveles que se pueden visitar. El techo de la cueva está plagada de murciélagos, la mayoría muy chiquitines. Nunca había visto uno tan de cerca y hacen gracia, aunque la guía nos advierte de que no los molestemos, ya que nos pueden morder, y suelen ser portadores de la rabia. La chica nos explica también algo bastante curioso, que es que la cueva se mantiene durante todo el año a la misma temperatura: 15 º. En verano da gusto guarecerse del calor y en invierno, teniendo en cuenta que fuera se puede llegar fácilmente a los -10º, también se está muy bien.


Finalizamos la visita y nos quedamos un poco rezagados, esperando a la guía. Por el camino, vamos hablando con ella, que habla un perfecto español y nos cuenta más cosas y curiosidades de la cueva. Ha llegado el momento de visitar el castillo. Su inquilino más ilustre fue Erasmo Lueger, un noble justiciero del siglo XV que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Se refugió aquí huyendo de las tropas de Trieste que querían apresarlo. Consiguió desesperarlos gracias a que se abastecía de alimentos en secreto a través de la cueva, que se comunicaba con el castillo. Un sirviente suyo lo traicionó y alguien lo apuñaló una noche mientras dormía. Hoy el castillo está hecho museo donde podemos ver varios retratos y enseres de los diferentes moradores del edificio, una capilla, la habitación del cura, un pequeño arsenal de armas y los calabozos.

Después de visitar el castillo nos marchamos rápidamente hacia las cuevas de Postojna, las más famosas y según dicen, las más grandes del país. A la entrada de la cueva nos viene a buscar un trenecito para llevarnos a sus profundidades, que me recuerda inevitablemente al de las Minas de Sal de Berchtesgaden, en el sur de Alemania, casi en la frontera con Austria, aunque esta vez en el tren vamos sentados normalmente ( y no a horcajadas) y vamos de dos en dos (no uno detrás de otro). Dentro hace 9º y yo voy con mi manga larga. Hace frío para mi gusto, pero agradezco esta temperatura después del calor que hemos pasado durante todas las vacaciones. El paseo en tren dura bastante y nos da una buena perspectiva de la cueva, que está muy bien iluminada. Después llegamos a una enorme galería central, donde nos separan por idiomas. Decidimos unirnos al de inglés, ya que no hay de español. Se nota que son las más populares del país porque están muy masificadas, nuestro grupo es muy numeroso y los otros grupos que vemos también lo son. Hay una sala en la que las estalagmitas parcen espaguettis colgados del techo, resulta muy curioso. También nos ofrecen un corto concierto de música clásica a la luz de las velas. La cueva tiene una acústica perfecta. Es un momento especial.











Hay muchos animales que pueblan las cuevas, pero el más especial es el Proteus Anguinus, un pez albino y ciego con forma de lagartija que vive en el agua y respira por branquias, y que se alimenta de microbios. Está protegido y sólo se puede visitar en un tanque fuera ya de las cuevas. Pero como somos el último grupo en salir y el complejo cierra a las seis de la tarde, cuando llegamos el recinto está cerrado y no podemos verlo. Nos quedamos con las ganas y el único recurso que tenemos es comprarnos una postal del bicho para saber cómo es. A las afueras del recinto hay varios puestos, que no dudamos en visitar y nos compramos unos refrescos para tomarlos sentados en unas escaleras tranquilamente.


Volvemos a la pensión, nos duchamos, descansamos un rato y decidimos bajar a cenar porque el restaurante nos ha gustado mucho y encima está muy bien de precio. Cenamos en la terraza y después de cenar, por curiosidad, le pregunto al señor de la pensión cómo narices se pronuncia el nombre del pueblo, que como habéis visto, sólo tiene una vocal (Crni Vrh). Nos dice que se pronuncia "Cherni Vaj", así es mucho más fácil. Nos pasamos un buen rato hablando con él en inglés, que resulta ser de lo más agradable. Por eso os recomiendo que os alojéis allí si vais por la zona. La dirección es la siguiente: Gostilna Metka, Crni Vrh 78, Crni Vrh. Os tratarán muy bien, ya lo veréis. Internet es gratis, pero sólo se pilla desde la terraza, así que subo a por mi portátil y le envío un mail a mi familia con las fotos de los últimos días y después Javi mira algunas cosas. Sobre las 11 nos vamos a dormir.


19 DE AGOSTO DE 2009


Adiós, Eslovenia. Nuestro próximo y último destino es Pisa. Allí hemos reservado el mejor hotel de todo el viaje, un lujazo comparado a lo que estamos acostumbrados, que tampoco están mal, la verdad, total para lo que estamos en las habitaciones... Se trata de un AC nuevecito, estrenado en mayo del mismo año por sólo 60 € con desayuno, aunque en realidad vale un poco más. Llegamos y lo primero que hacemos es disfrutar de los lujos de la habitación: minibar, tele de plasma, (bueno, a decir verdad, tele, que la mayoría de los sitios donde estábamos no tenían)... Como en Pisa hay poco que ver a parte de su famosa torre, decidimos comer de nuestras provisiones y descansar un rato. Sobre las 5:30 nos vamos a donde está el famoso monumento. Es un recinto amurallado que lo rodean cientos de puestos de souvenirs. Para verlos todos se necesitan al menos dos horas. Y como hay tanta competencia las cosas están extremamente baratas, así que aprovechamos para hacer algunas compras. Después pasamos donde está la torre, el Baptisterio y el Duomo. Está todo en una zona de césped bien cuidada y llenísima de gente haciendo posturitas con la torre para las fotos. Se puede subir pero decidimos no hacerlo; 294 escalones son demasiados para los 41º que tenemos que soportar. Nos dedicamos a hacer algunas fotos y a tomarnos un helado mientras admiramos la torre inclinada, que se ve que en 1967 se temió por su derrumbe y en 1990 se cerró al público como medida de seguridad.


Después de algún rato más nos vamos a Livorno, para terminar de pasar la tarde, pero no nos gustó nada. Para empezar es una ciudad que da un poco de mala espina, estaba todo muy muerto y no había nada. Pero se nos hizo la hora de cenar y nos comimos una excelente pizza. A las 9 o antes ya estábamos de vuelta al hotel.

20 DE AGOSTO DE 2009


Ya se han acabado las vacaciones, después de dos semanas maravillosas llenas de buenas experiencias. Haremos un alto en el camino para visitar a nuestra familia de Marsella, pero antes hemos decidido hacerle un pequeño homenaje a Andrea y visitar Torino (Turín en castellano), con el que desayunamos en Sarajevo, ya que es su ciudad natal. Llegamos sobre las 12 del medio día y hace un calor abrasador. Es una ciudad monumental pero todo está bastante desperdigado y hay poco para ver. Andamos por el centro buscando algo de ambiente pero está todo muy muerto. Supongo que los 40 grados que nos acompañan tampoco ayudan mucho. Lo único que encontramos es un quiosco en medio de una gran plaza donde yo compro algunas postales, pero no tienen bufandas de la Juventus, el equipo local. En una de las calles peatonales encontramos la tienda oficial pero es todo carísimo y Javi se niega a pagar los 20 € que cuesta la bufanda, además de que no es de su agrado. Paseamos un poco más y decidimos irnos a Delle Alpi, el estadio de la Juve. Pero cuando llegamos nos llevamos un gran chasco: está medio derrumbado ¿qué es lo que ha pasado aquí? Días más tarde, buscando en Internet, nos enteramos de que están renovando el estadio y reduciendo el número de asientos y mientras la Juve juega en otro estadio de la ciudad. Nuestro gozo en un pozo. Nos hemos quedado sin la bufanda de la Juve y mira que la vimos el día anterior en los puestos de la Torre, en Pisa y pensamos en comprarla mejor aquí.



Nuestra próxima parada será Niza, a comernos el último Quick de la temporada y a pegarnos un bañito en sus azules aguas que con este calor falta nos hace. Sobre las 5 llegamos. Después de pasar unas tres horitas en esta turística ciudad nos vamos a Marsella a hacer una visita a la familia, donde cenaremos y volveremos a casa. Como siempre el recibimiento es abrumador, aunque esta vez sólo está mi prima con sus dos hijas y sus nietos. La prima Marie vino después de cenar. Los demás algunos estaban de vacaciones, otros (François, Francís, Severine y Nicolas) con gastronteritis y el resto trabajando, así que no los pude ver. Sobre las 12 reemprendemos el viaje para llegar a las 5 de la mañana a casa. Estamos reventados pero preferimos dormir en casa y descansar al día siguiente durante todo el día sin prisas.


CONCLUSIONES


Una vez más nos invade la tristeza por el final de las vacaciones, y aunque estamos cansados y con ganas de estar en casa para asimilar todo lo que hemos vivido y apreciar las fotos y vídeos que hemos hecho, en pocas semanas volverá a picarnos el gusanillo por viajar. Lo sabemos. Quizá podamos hacer alguna escapada pero tendremos que esperar al verano de 2010 para poder hacer otro gran viaje, y como nunca se sabe cómo van a ir las cosas, quizá este sea nuestro último viaje en mucho tiempo. O no.


Como ya he dejado bastante claro en el blog, Sarajevo fue una ciudad que me impresionó, Bosnia en general. Me encantó y quiero volver. Necesito saber más de ese país. Pude disfrutarlo muy poco. Croacia es un país al que sin duda volveremos, y seguramente pronto. Nos hemos dejado demasiadas islas paradisíacas por ver y no podemos perdonárnoslo. Pero, hablando más profundamente, este viaje ha sido muy especial porque por primera vez hemos interactuado de verdad con las gentes de los países, cosa que hasta ahora no habíamos tenido mucha oportunidad. Y eso nos ha enriquecido personalmente. Al estar en casas particulares hemos podido conocer la situación de estos países e intercambiado opiniones con sus gentes. Nos han tratado fenomenalmente y eso es lo que me llevo. Me alegra ver también como Bosnia, y especialmente Croacia están superando tan bien las dificultades que suponen haber pasado por una terrible guerra y la segmentación de un país, aunque a Bosnia aún le queda un mayor tramo por recorrer. También me hubiera gustado comparar con Serbia y Montenegro, pero esto tendrá que ser en otra ocasión. Si tenéis ocasión, o si os gusta como a nosotros empaparnos un poco de la realidad del sitio que visitamos, alojaros en sobes, en pensiones o habitaciones.


Para acabar os muestro unas fotos, para que veáis la utilidad que se le dan a tantas bufandas compradas. La colección de Javi está expuesta en las paredes y techo de una de las habitaciones de nuestro piso, la más pequeña. Todo el mundo que viene a casa alucina cuando la ve y no es para menos. Ya nos queda poco espacio para llenar, pero esperamos seguir aumentando la cole, y si eso ya las iremos turnando.




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