Hoy toca madrugar pero de verdad. Nos levantamos a las 03:30, ya que a las 04:30 debemos estar en el aeropuerto. El vuelo a Roma sale a las 06:00. Llueve bastante y el vuelo retarda un poco su salida para las 06:30.
A las 07:45 llegamos a Roma. Aquí el día está despejado. Antes de embarcar, los auxiliares de Ryanair nos dicen que hay huelga de trenes en Roma y que lo mejor es que cojamos el autobús de Terravisión. Dudamos, pero finalmente cogemos solo el viaje de ida por 5 € cada uno. Desayunamos en el aeropuerto y vamos a buscar los autobuses. Es un lío encontrarlo. Yo tengo que preguntar dos veces en la taquilla donde venden los billetes para que me indiquen, teniendo en cuenta que la persona que me atiende no es la más simpática del mundo....
Cuando por fin lo encontramos, resulta que el autobús vendrá en una hora!! la cual tenemos que esperar de pie. Nos negamos a esperar tanto rato y volvemos dentro del aeropuerto para irnos en tren. Perdemos 5 € pero no nos importa. Hoy no es nuestro día de suerte. La persona que vende los billetes de tren nos dice que hay huelga y que no sabe cuándo saldrá el siguiente, el cual es posible que tarde más de dos horas. Nos aconseja ir a la taquilla de enfrente donde hay servicios de minibus que te dejan en la puerta del hotel. Vale 15 € por persona y el siguiente sale en media hora, así que no nos lo pensamos y elegimos esta opción.
El paseo hasta el hotel dura una hora y media de lo más intensa. Hay mucha caravana, pero en los momentos en que se puede correr nuestra vida corre peligro unas cuantas veces. Unas por culpa de nuestro conductor y otras por culpa de los otros vehículos. Recordais lo que os he comentado antes en la introducción? Pues eso.....Lo bueno es que desde el coche vemos varios lugares emblemáticos de Roma, ya que el minibús va dejando a los demás pasajeros en sus respectivos hoteles: El Vaticano, el Coliseo, La Piazza Venezia....
Por fin llegamos al hotel. Está en un sótano, pero la habitación es grande, súper chula, moderna y muy bien decorada y el comedor también está muy guay. Es un pequeño hostal en lo que antes era un piso. Dejamos las cosas en el hotel, descansamos un poco, cargamos los móviles y después nos vamos a inspeccionar los alrededores.
Tan solo estamos a 10 minutos caminando del Coliseo en línea recta, así que eso será lo primero que veamos. El día está nublado y hace una temperatura agradable.
Enseguida nos encontramos con el maravilloso Coliseo. De verdad que impresiona. Uno se queda sin palabras cuando lo ve. Por primera vez, la segunda, la tercera.....Da igual. Siempre te quedas con la boca abierta. Imagino que para aquel que pasa cada día por su lado para ir a trabajar no le da tanta importancia....
Paseamos alrededor del Coliseo, donde hay un montón de gente. Hacemos fotos desde todas las perspectivas posibles. También subimos a un parque que está un poco elavado del cual también se tiene muy buenas vistas. Llega la hora de ir a comer y nos alejamos un poco de aquí para que no nos metan una clavada.
Para aquellos que tengais intolerancia al gluten o la lactosa, Roma no os va a suponer ningún problema. Prácticamente en todas partes hay platos sin gluten y sin lactosa. Pizza, pasta, helados.....Lo que querais. Comemos en la terraza de una pizzería muy pintoresca en la que comemos muy bien por buen precio: 20 € por persona.
Después de reposar un rato, volvemos al parque desde el cual se veía tan bien el Coliseo y damos una vuelta. Luego nos vamos hacia la Piazza Venezia.
De camino a la Piazza hay multitud de ruinas a un lado y al otro de la calle. Y están genialmente conservadas. Es increíble la de miles de años que llevan ahí, siendo testigos de todo lo que ha ido pasando a lo largo de la historia.
Llegamos a la Plaza Venecia. Está situada en el Capitolio, que es una de las colinas de la ciudad. Coloquialmente se le conoce por la "maquina de escribir" y no resulta muy grata para los italianos, pues fue obra del Rey Víctor Manuel II, en un momento de gran exaltación patriótica.
La entrada es gratuita. Dentro podreis ver varias obras de arte y conocer la historia del lugar y de cómo fue construido.
No os perdais las vistas que se ven desde la terraza.
No os perdais las vistas que se ven desde la terraza.
Tras visitar la Plaza Venecia, cogemos la Via del Corso, una de las calles principales de la capital italiana. Vemos la Columna Trajana, construida en honor al emperador Trajano y que tiene 30 metros de alto.
En Via del Corso encontrareis las indicaciones para llegar a la Piazza Navona y el Panteón. Seguimos la ruta que nos dice la guía que llevo en mis manos y pasamos por el Palazzo Montevitorio y el Templo de Adriano.
Es genial perderse por estas callecitas llenas de encanto, de monumentos, de sorpresas en cada rincón.
Y por fin llegamos al Panteón. El Panteón de Agripa, que se encuentra en la Piazza di la Rotonda. La entrada es gratuita y está coronada por una gran cúpula por la que entra la luz del sol y da una luminosidad especial al lugar. Se trata de un templo circular mandado erigir por el emperador Adriano en el año 125 d.c.
El interior es una maravilla de mármoles, altares y obras de arte por doquier. A través de la cúpula entra la luz del día para dar una luminosidad especial al lugar.
Dentro están enterrados el Rey Víctor Manuel y su familia. Pero sin duda el nicho más célebre es el del artista del Renacimiento Rafael. Sólo con saber esto, un hilillo de inspiración te posee aunque sea momentáneamente.
Tras el Panteón, llegamos a la Piazza Navona, con sus fuentes maravillosas. Esta plaza barroca se levantó sobre el Stadium de Domiciano y data del siglo XVI.
La Piazza Navona tiene 3 fuentes. La más famosa es la Fontana dei quattro fiumi (fuente de los cuatro ríos). Representa los 4 ríos más importantes de la época: el Nilo, el Ganges, el Danubio y el Río de la Plata, cada uno de los continentes (África, Asia, Europa y América. Oceanía aún no se había descubierto)
Las otras dos fuentes son las de Neptuno y la Fontana del Moro.
La ruta de hoy la vamos a finalizar en la Fontana di Trevi. Uno de los lugares imprescindibles de Roma. No importa las veces que la mire. Me maravilla, me encanta....Casi hace que se me salten las lágrimas.
Por supuesto tiramos la moneda de rigor para asegurar nuestro regreso a Roma. No me hace falta hacerlo porque os aseguro yo que pienso volver. No tengo ni una sola duda de esto. Es una lástima que esté tan masificada y abarrotada de gente, pero es lo que hay. Tendreis que tener paciencia....
Os cuento un poco sobre esta increíble fuente barroca. El papa Clemente XII organizó un concurso para construir una fuente. Nicola Salvi no lo ganó pero aún así se le atribuyó el trabajo a él. La construcción comenzó en 1.732 y acabó en 1.762 a las órdenes de Giovani Pannini, pues Nicola murió en 1.751. La figura principal de la fuente es el dios Neptuno.
Tras un rato viendo la fuente desde todas las perspectivas, emprendemos el camino hacia el hotel en metro. Cenamos en un café cercano al hotel y nos vamos a descansar que hoy el día ha sido largo e intenso. Pero genial :)


















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