17 DE AGOSTO DE 2007
Hoy partimos hacia Milán. Ya estamos haciendo el viaje de vuelta y poco a poco vamos volviendo a casa y la ciudad italiana va a ser una de las ciudades de paso, para no hacer el viaje del tirón, ya que estamos algo lejos. Estamos algo saturados ya, y hemos elegido una ciudad con pocas cosas para visitar para tomárnosla con calma.
Para llegar a Milán tenemos que atravesar Austria y comprarnos la viñeta, que es una pegatina que has de pegar al cristal delantero del coche para que se lea desde la autopista. No hay peajes, pero hay esto y la verdad es que vale la pena. Podrían hacer esto es España, aunque ya me imagino yo que al final el precio sería mucho más caro. Como simplemente la necesitamos para unas horas, no tenemos más remedio que coger la de una semana, que nos cuesta unos 7 €, aproximadamente. La compramos en una gasolinera cerca de Innsbruck donde aprovechamos para repostar. Está nublado y hay 12º grados de temperatura, otro cambio brusco de temperatura, pero estamos cerca de los Alpes y se nota porque el paisaje que se ve es precioso.
Al entrar en Italia ya nos damos cuenta de lo caro que sale ir en coche por allí. Hay un montón de peajes, ¡y nos quejábamos de Catalunya! Aquí ya empieza a subir el mercurio como nada y en pocas horas nos volvemos a situar en los 30 y tantos grados. Llegamos a Milán al medio día, sobre las 2:00. Buscamos en el Novotel y hay sitio. Todo un lujo por poco precio. Nos instalamos, nos refrescamos y comemos algo de nuestras provisiones, que ya no hay casi nada. Nos tumbamos en la cama y nos quedamos fritos con el aire acondicionado puesto. A las 5 de la tarde suena el despertador y nos desperezamos y nos ponemos en marcha. Nos adentramos en el centro de Milán, buscando un parking. Pero los parkings tienen precios astronómicos, carísimos. 5 € la hora. Nos escandalizamos e intentamos buscar algún sitio por las calles. Al final encontramos un sitio en la zona de carga y descarga cuyo horario está a punto de finalizar y esperamos que no pase ningún poli antes de tiempo y nos multe, que seguro que la multa tiene que ser la leche, viendo el precio del parking, ...
Vamos hacia el Duomo, la famosa catedral de Milán, siguiendo las indicaciones de las calles. Esta vez tampoco tenemos guía ni nada, porque en realidad decidimos venir la noche antes en Munich. Entonces la vemos, tal y como la hemos visto tantas veces en la tele y en fotos, tan majestuosa, tan bonita y tan...Llena de andamios. Está en obras, vaya gracia, pues no queda tan bonita en nuestras fotos. Así que aquí os he puesto una que he encontrado en Internet. Nos disponemos a entrar para ver cómo es por dentro pero hay que pagar y no es barato, aunque no recuerdo el precio, así que nos negamos. La vemos por fuera. Paseamos por la plaza, llena de gente y de puestos de Souvenirs y nos metemos en las galerías de Vittorio Emmanuelle, muy lujosas, y llena de tiendas de glamour con todas las firmas italianas más conocidas. Salimos por la entrada de atrás y damos a una plaza con una escultura de Leonardo Da Vinci y un kiosko donde vemos que venden guías de Milán. Compro una y aunque es la misma que la de Munich, ésta no tiene un recorrido con los puntos más importantes del casco antiguo de Milán, simplemente cita los lugares de interés que no son muchos. Pero claro, es tarde y la mayoría de las cosas, entre ellas el castillo está cerrado, al igual que la oficina de turismo, que se encuentra enfrente de la catedral, así que simplemente decidimos dar un paseo por la ciudad tranquilamente.
Como no, no íbamos a dejar pasar la oportunidad de ver San Siro, el estadio que comparten el Inter de Milán y el AC Milan y lo buscamos con el GPS para ir a visitarlo. Intentamos aparcar en las inmediaciones pero es difícil porque hay muchísimos coches, debe haber partido. Al final lo conseguimos. Vamo hacia el estadio avanzando por un pasillo que han hecho los diferentes tenderetes de souvenirs y cosas de los dos equipos. También hay muchos puestos de frankfurts, bocadillos y hamburguesas. Javi se compra las dos bufandas para su colección y una camiseta, y a través de uno de los tenderos nos enteramos que está jugando el Milan contra la Juventus. Nos vienen a ofrecer entradas de reventa a solo 20 €, la verdad es que es un buen partido para ver y por ese precio vale la pena, pero como no estamos seguros de si es un buen sitio, al final declinamos la oferta y preferimos pasear por allí y sentarnos a degustar uno de esos maravillosos frankfurts que hay en los puestos. En estas ya ha caído la noche y volvemos al hotel. El último cubata al que nos invitan. Se acaban las vacaciones.
18 DE AGOSTO DE 2009
Después de desayunar y recoger nuestras cosas nos vamos hacia Francia, hacia la Costa Azul. Marcamos en nuestro GPS Mónaco y nos ponemos en camino. Durante todo el viaje pasamos por un montón de túneles y por incontables peajes. No sé cuánto nos hemos debido gastar, pero prefiero no saberlo: ahora 5 €, ahora 2, ahora 7, ahora 10,... Paramos en Mónaco y damos una vuelta pero no podemos dejar el coche en ningún lado, así que nos vamos. No hay fotos. Me da pena, pero seguro que volvemos otro año, así que ya las haremos. Después paramos en Niza. Aparcamos en un parking, como los de Barcelona a casi 3 € la hora, pero bueno es lo que hay, teniendo en cuenta que es la ciudad más turística de toda la costa. Damos una vuelta por la zona peatonal, llena de tiendas y encontramos...¡Un Quick! Para allá que vamos a comernos una Long Bacon, que ya no sabemos cuándo vamos a tener oportunidad.
Después paseamos por el paseo marítimo, lleno de hoteles, y lleno de gente en la playa. Hace un día maravilloso que invita al baño, lástima que no hayamos traído bañadores, pero es que no entraba en nuestros planes. Eso sí, la última vez que nos pasa, la próxima vez cogemos bañadores aunque vayamos a la Antártida. Las playas son estrechas y llenas de piedras, pero no chinos, no piedras grandes, debe ser incómodo estar allí tumbado con la toalla, pero sin embargo el agua es de un azul turquesa que quita el hipo. Aquí se toca foto. Luego de volver a la zona peatonal y tomar un helado, nos vamos ya. Pasado Niza empezaremos a buscar un hotel para pasar la noche. Pero no tenemos suerte.
Vamos parando en todos los pueblos, en cada hotel que vemos y todo completo. Lentamente va cayendo la tarde y estamos cansados y nos estamos empezando a desesperar. Al final se hace de noche y nada. Para colmo el coche empieza a desprender un olor nauseabundo y cuando Javi abre el capó se da cuenta de que la batería se está agotando y está sacando ácido sulfúrico, por eso huele tan mal. Genial. Vaya manera de acabar las vacaciones.
Preguntamos en un hotel más y nos dicen que no hay un solo hotel libre en toda la costa francesa, que hasta la Jonquera, ya en Catalunya no encontraremos nada. Así que preocupados y muy fastidiados, decidimos volver a casa de un tirón porque sabemos que como paremos el coche no lo vamos a mover ya. Sobre las 11 de la noche paramos en una gasolinera a comer algo e ir al lavabo, pero cuando nos queremos ir el coche no arranca. No hay manera, ni siquiera hace contacto. Así que pedimos ayuda a un grupo de españoles que hemos visto cerca a ver si tienen pinzas. Son 4 parejas de unos 40 y tantos años de edad. Son de Castellón y súper amables, Mientras las mujeres hablan conmigo, los hombres ayudan a Javi y empiezan a empujar el coche. Al final éste arranca, les damos mil gracias y les desamos mucha suerte en encontrar hotel, porque están como nosotros, no encuentran ni p'atrás. Ya sólo quedan 4 horas para llegar a casa pero se hacen eternas y tristes porque no tenemos ningunas ganas de volver, después de estar dos semanas juntos todo el día, ahora había que volver a acostumbrarse a dormir cada uno en su casa y a la rutina del trabajo y tal, pero así es la vida.
Sobre la 3:00 de la mañana llegamos primero a casa de Javi. Yo me quedo abajo con el coche encendido mientras él sube su maleta y sus cosas. No le puedo ayudar porque no podemos parar el coche y no nos hace gracia dejarlo solo estando abierto. Después me lleva a mi casa y la misma operación, tengo que descargar todas mis cosas yo solita.
Y ya se acabó este sueño que siempre habíamos tenido. Esperamos que el verano siguiente podamos hacer otra ruta. De todas formas nos quedamos con todos los inolvidables recuerdos de estas vacaciones que siempre, siempre recordaremos.
CONCLUSIÓN:
Presupuesto para el viaje: 2.600 € en total. Recorrer media Europa viendo sitios tan fantásticos como París, Brujas, Amserdam o Berlín, no tiene precio.
Aunque hemos hecho ya varias rutas, y esperamos seguir haciendo más, esta siempre la recordaremos especialmente, supongo que por ser la primera. Si tuviera que elegir los sitios que más me han gustado, elegiría Brujas y Ámsterdam, y Luxemburgo y Milán los que menos, aunque me han gustado también. Luxemburgo es interesante el país en sí y tiene pueblos y lugares mucho más bonitos que la capital. Seguro que alguna vez volvemos a pasar y entonces tendremos la oportunidad de descubrir otras cosas. Milán, es que no tiene demasiadas cosas para ver. Estar en Brujas es cómo viajar en el tiempo, a la época medieval y Ámsterdam, bueno es que había soñado tantas veces con pasear por sus canales,... Que me costaba creer que estaba allí.
Berlín me impresionó gratamente, aunque aún se respira el Muro y todo lo que ocasionó en las vidas de la gente. Siguen habiendo vestigios de la Guerra, por tanto percibí un punto triste, aunque muy muy leve, porque es una ciudad bonita y muy agradable para estar. Munich, sin embargo significó una explosión de alegría, no se bien describiros por qué, anque la visita a Dachau nos dejó muy tocados. No creo que vuelva a visitar ningún campo de concentración, aunque tenga oportunidad. Con este tuve más que suficiente.
Me hubiera gustado poder tener más contacto con la gente autóctona, pero eso, en una capital, sin concer a nadie, es prácticamente imposible.
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