domingo, 7 de marzo de 2010

ZAGREB Y LAGOS DE PLITVICE

9 DE AGOSTO DE 2009

Después de un muy buen desayuno en el hotel de Ljubljana volvemos al centro al puesto de los jarrones de colores del día anterior para comprar algunas cosas. Hoy hace un día tan bonito y tan caluroso como el de ayer. Compramos varias cosas, entre ellas una vela y un platito para ponerla. Los puestos de madera que vimos ayer en la plaza del mercado hoy están llenos de cosas, especialmente souvenirs: camisetas, llaveros,...Y bufandas, por lo que Javi no deja pasar la oportunidad de comprarse la de la selección, al no tener este país muchos equipos de fútbol. También nos compramos en otro puesto un pequeño cuadrito del puente del dragón, (Javi se ha hecho bastante amigo del símbolo de la ciudad, que os explique él por qué).



Nos despedimos de esta pequeña y entrañable ciudad y nos vamos abandonamos ya la Unión Europa para adentrarnos en Croacia hasta nuestro próximo destino, Zagreb, la capital. Pasamos la cola de la aduana, bastante larga y nos fijamos en que los coches son de muchas nacionalidades. Sabemos que Croacia es un destino turístico que está muy de moda y vienen especialmente muchos alemanes, austríacos y polacos. Después de estrenar nuestro pasaporte con el sello del país y de que el hombre nos pregunte por qué estamos ahí y a dónde vamos a estar en un inglés un poco macarrónico, por decirlo de alguna manera, empezamos a recorrer las carreteras croatas, de muy buena calidad. En pocas horas estamos en la capital. Primero buscamos el hotel, que está de nuevo a las afueras y aunque seguimos las instrucciones del GPS nos cuesta bastante encontrarlo. Al final lo conseguimos, es enorme. Es el hotel I, no es gran cosa pero a nosotros ya nos vale porque total para lo que lo queremos que es ducharnos y dormir, nos sobra. La fachada me recuerda a la era soviética.


Lo encontramos en una página diferente a la de booking, no me acuerdo, pero nos sale a 60 € con desayuno, el parking es gratis y es muy muy grande pero internet es de pago, y caro, así que esta noche nada de internet. En Zagreb el día está nublado pero hace un bochorno de mil demonios.



Nos vamos al centro y conseguimos aparcar en la calle gratis. Buscamos la oficina de turismo, que está justo en el centro para que nos den un plano de la ciudad y para preguntar dónde cambiar dinero, ya que la moneda oficial de este país son las Kunas, y teniendo en cuenta de que vamos a estar aquí en total una semana, necesitamos cambiar bastante. Hoy es sábado y los bancos están cerrados pero hay una pequeña casa de cambio un poco alejada del centro. Es sábado y ya son más de las 2. Todo está cerrado. Encontramos la casa de cambio y hay bastante cola. Para variar los de delante nuestro son españoles. Le damos al pobre hombre un billete de 500 (sí, existen). Es lo único que tenemos, y además queremos cambiarlo de una vez. Al principio no nos lo acepta pero le insistimos un poco y le decimos que no tenemos otra cosa y accede. Tenemos hambre, hay que buscar un sitio para comer. Y no tardamos mucho, encontramos una pizzería con menús a buen precio y entramos. Sabemos que a partir de ahora durante bastantes días tocará ir con la calculadora en mano para saber a qué precio estamos pagando las cosas.


Zagreb es una ciudad pequeña y como Ljubljana, se puede ver en un día, sin contar con los museos. Además se parece un poco a la capital eslovena. La plaza Bana Jelacica es el punto neurálgico de la ciudad (lo siento pero en este país los nombres de las cosas también son muy chungos) y donde está la parada de tranvías. Justo al lado está la oficina de turismo, y es desde aquí desde donde empezamos la visita con este calor. Este barrio es la llamada Ciudad Baja y aquí empezamos a caminar llegando a la plaza de las flores, con un montón de puestos al aire libre de flores, frutas y hortalizas; pasamos por al lado del Palacio de la Bolsa, el Hogar de los Pintores. Después está el Kaptol, al que se accede por una pequeña pendiente desde la plaza Bana Jelacica y donde está la Catedral (para variar y como nos pasa muy a menudo, en reformas) y la fuente de la Virgen María y los Ángeles. Ya han empezado a abrir alguna tienda se souvenirs, aunque pocas, y aprovechamos para entrar y comprar alguna cosas, entre ellas la bufanda de la selección, tan característica son sus cuadrados rojos y blancos. Llegamos a una zona peatonal, que es el barrio antiguo de Zagreb, donde hay multitud de pubs, restaurantes, heladerías, etc y donde hay mucho ambiente. Esta zona está muy bien conservada. Aprovechamos para calmar nuestra sed y descansar un rato mientras vemos pasar a la gente. Nos llama la atención que en uno de estos pubs las mesas son lavadoras. Buena manera de reciclar.



Al cabo de un buen rato nos vamos hacia el funicular que comunica la ciudad alta con la baja. El sol ya ha salido. Por un precio muy bajo, céntimos, lo cogemos sólo de ida, ya que la vuelta la haremos caminando por otra calle, tal y como aconseja el itinerario que nos han dado en la oficina de turismo. Lo más conocido de este lugar es la Iglesia de San Marcos, cuyo tejado tiene tejas de colores que forman la bandera de Croacia, el escudo de Zagreb, Dalmacia y Eslavonia. Por desgracia está cerrada, así que nos tenemos que contentar con verla desde fuera. Paseando por los alrededores entablamos conversación con una pareja de españoles de Alicantel, que son mayores que nosotros. Ellos están haciendo una ruta por la Europa Central, pero Zagreb les quedaba cerca y se han pasado por aquí. El resto del país lo dejarán para otra ocasión. Al día siguiente irán a Ljubljana y yo les doy la dirección del hotel A por si les interesa.



Cerca de la iglesia están el Parlamento, el Palacio del Ban (Virrey croata) y varios museos, entre ellos el Museo Stankovic, como el futbolista. Ya bajando hacia la ciudad baja de nuevo, pasamos por la Puerta de Piedra, que sufrió un horrible incendio en 1731 salvándose sólo una imagen de la Virgen con el niño Jesús. Hoy se ha convertido en un lugar donde los creyentes van a rezar y dejan velas. La puerta y los muros están totalmente recubiertos de hollín, y no sé si es porque se ha conservado así desde el incendio o es que se volvió a quemar, o simplemente está sucio.




Por último, pegándonos una buena caminata nos vamos a la zona de la Herradura Verde, llamada así porque el itinerario tiene forma de U y pasa por varios parques y plazas. También en esta zona hay numerosos museos. Paseando por esta zona, y deteniéndonos de vez en cuando a descansar y a beber agua, atardece y decidimos volver al hotel. Esta noche cenaremos de nuestras provisiones.







10 DE AGOSTO DE 2009




Hoy hace un día soleado en Zagreb, como viene siendo habitual desde que salimos de casa. Es domingo pero sorprendentemente hay bastantes cosas abiertas, suponemos que solo hasta la una. Javi aprovecha para comprarse la equipación entera de la selección y la bufanda del Dynamo de Zagreb. A mí la chica de la tienda me enseña un bikini precioso con los colores del país, pero es pequeño y no me va bien. Me decido por un vestido muy fresquito que me vendrá muy bien para soportar estos calores. Damos alguna vuelta más y nos tomamos un helado. Hoy no tenemos prisa, ya que hemos cogido dos noches en una casa cerca de los lagos de Plitvice. Nos tomaremos hoy el día de relax, para descansar y así mañana poder visitarlos tempranito y estar preparados para la caminata.




Durante el camino hacia los lagos vemos como va cambiando el paisaje y se va volviendo más y más verde. No está demasiado alto, pero sí está en el interior y la guía nos dice que los inviernos suelen ser muy fríos y los veranos cálidos. El día tan radiante que hace aún hace más bello el recorrido. Sobre la hora de la siesta llegamos al pueblo donde hemos alquilado la habitación, Racovika. Esto lo hemos encontrado a través de la página Adriática.net. Os la aconsejo si vais a venir por esta zona, aunque para visitar los lagos hay que reservar alojamiento con tiempo, porque tiene mucha afluencia de gente. Nosotros hicimos la reserva sólo un mes antes y nos costó mucho. Por esta zona hay un par de hoteles pero son caros, para el plan que llevábamos nosotros. Lo que sí hay son muchos campings, pero no sé deciros si son sólo de tienda o también tienen bungalows. Lo mejor, depende de cada uno pero os aseguro que es una buenísima opción, es alquilar una habitación en una de las casas particulares de la zona, que hay un montón.




Nos cuesta horrores encontrar la casa, porque está escondida y además el GPS en este país tiene sólo el 40 % de cobertura, hay que apañarse. Nada más llegar la señora de la casa, que debe tener unos 50 años nos enseña la habitación. Es una buhardilla y es para una familia entera, de 4 personas: hay una cama de matrimonio y dos camas pequeñas, un mueble de comedor, un baño privado sólo para nosotros, una mesa pequeña y un mueble con la tele. Está genial. También nos enseña la cocina (gigantesca) en la planta de abajo que es común y la podemos utilizar para preparnos el desayuno, la cena, la merienda y lo que queramos. La pobre mujer no habla nada de inglés y yo croata menos, pero se hace entender y gracias a la guía, le digo palabras como gracias y algo más. Es súper amable nos ha acogido genial. Nos cuesta 80 € las 2 noches y está a unos 12 kilómetros de la entrada al parque.




Aprovechamos para comer y nos echamos una buena siesta, que falta nos hace. Después de esto, cogemos el coche y nos vamos a la entrada del parque para enterarnos de los precios, horarios y demás para la visita de los lagos. La mujer de la recepción me dice que mañana está previsto que llueva y me decepciono un montón. He visto las fotos de este sitio por internet y son alucinantes, es una pena que tengamos que verlo lloviendo. El precio son unas 100 kunas por persona, unos 15 € más o menos, pero incluye un tren eléctrico y un barco eléctrico para cruzar los lagos más grandes. Lo abren a las 9 de la mañana y lo cierran a las 7 de la tarde. Con toda esta info clara, nos acercamos a un supermercado cerca de la casa a comprar algunas provisiones y ya pasamos la tarde y la noche en la casa.


Las fotos que os pongo de los lagos son del día siguiente, ya que de hoy apenas tengo fotos. Y además así os puedo poner más.




















11 DE AGOSTO DE 2009




Las previsiones de la chica de la recepción del parque se han cumplido y esta noche ha habido tormenta, la he escuchado. Al levantarnos ya no llueve pero está todo mojado y el cielo está nublado. Es una pena pero nos tememos que nos tocará ver los lagos con lluvia. Desayunamos en la habitación con nuestras cosas y a las 9 ya estamos haciendo cola para entrar. Hace un poco de fresquillo a esas horas y yo me pongo la manga larga fina. Después de días de tanto calor, casi lo agradezco. Parece que el tiempo nos respeta, al menos no llueve que es lo importante. Compramos las entradas. Hay varios itinerarios para realizar. El más largo dura entre 6 y 8 horas y ves todo el parque, el siguiente dura entre 4 y 6 horas y se ve un 75 o 80 % del parque, el siguiente dura unas 3 horas y el otro dura dos. Nosotros elegimos el segundo más largo, el que dura entre 4 y 6 horas, por miedo a que sea una paliza ya que no estamos acostumbrados a caminatas por la montaña, pero después nos dimos cuenta de que podríamos haber hecho el más largo, ya que el camino es liso y muy fácil de realizar, incluso para una persona con silla de ruedas. De hecho van un monton de carritos con niños.





Empezamos el camino, pasamos por un puente que pasa por encima de la carretera y llegamos a un camino ancho donde hay un trenecito esperando. Estos trenes son eléctricos y llevan a la gente al principio del recorrido. Nosotros, como hemos elegido el segundo itinerario más largo, tardamos un poco en llegar. Este es uno de los platos fuertes del viaje, según mi opinión, junto con Venecia y Sarajevo. Javi lo descubrió por casualidad en Internet, pero la verdad es que es súper famoso y en la guía también habla de ello. Las fotos que se ven por la red son impresionantes, es un sitio de una belleza impresionante y Javi y yo pensamos que si reflejan la realidad y no están retocadas ni nada, el sitio va a ser una auténtica pasada.












Al ser un parque natural y quererlo conservar tanto, solo se puede ir por unos caminos de madera que han hecho para que la gente pase por allí y no pise el bosque. Al poco rato las nubes desaparecen y sale el sol. El día nublado se convierte en un día radiante. ¡ Al final hemos tenido suerte ! Bueno pues tal y como intuíamos, no nos decepciona en absoluto: es un sitio precioso, magnífico, impresionante. No tenemos palabras para describirlo y las fotos no le hacen justicia. Hay trozos muy profundos donde el agua es de color turquesa y se ve perfectamente todo el fondo. Por todas partes hay unos peces negros de todos los tamaños: desde chiquitines hasta de medio metro. No se les puede dar de comer. Dentro del parque hay varias cascadas. De hecho son varios lagos en escalera y el agua cae por todas partes. Por lo que pone en la guía cada año puede cambiar el itinerario del agua después de los deshielos y que una pequeña cascada que había el año anterior en un sitio, al año siguiente ya no esté y se encuentre en otro. Eso sí, la cascada más grande mide 70 metros de alto y esa siempre se mantiene igual. El único problema es que está masificado. Hay demasiada gente, pero también te da la ventaja de que como tienes que ir muy lentamente puedes apreciar mejor todo lo que te rodea y tienes tiempo suficiente para hacer fotos, cosa que no pasaba en Venecia, como nos pasó en el Puente de los Suspiros.





Siguiendo el recorrido, que se distinguen unos de otros por letras, (el nuestro si no recuerdo mal es el F) llega un punto en que tienes que cruzar un gran lago y solo puede hacerse mediante un barco eléctrico. Estos barcos tienen el techo de paja y asientos de madera y tienen cabida para 100 personas. Pero como hay tanta gente se llenan enseguida. Ya nos hemos dado cuenta durante todo el rato de que de nuevo hay muchos españoles, y sobretodo catalanes. El viaje en barco es una delicia, no se escucha nada y el paisaje que tenemos ante nuestros ojos es de una belleza excepcional. Son ya las 2 de la tarde y tenemos hambre. En la orilla donde nos deja el barco hay un par de restaurantes y entramos en uno. Por 7 € cada uno comemos 1/4 de pollo rustido con patatas y ketchup, unas salchichas con salsa y un poco de arroz. También entran las bebidas, unas refrescantes coca-colas. Así que imaginad, nos llenamos la barriga comiendo super bien y barato. Pensaba que al ser un sitio tan turístico nos clavarían, pero para nada.





Después de comer reposamos un ratito a la sombra. El césped está lleno de gente haciendo picnics, aunque con la solanera no apetece estar ahí. También es verdad que hace calor, sí, pero es más soportable que los días atrás. Llevamos caminando toda la mañana y la verdad es que no estamos cansados, el camino es muy sencillo de hacer. Damos alguna vuelta por los alrededores y volvemos a coger el barco para que nos lleve de vuelta y hacer la segunda y última parte del recorrido. Sobre las 3 o 3:30 acabamos la visita. Nos ha llevado 5 horas, contando que hemos parado para comer, que hemos tenido que esperar un rato a que salieran los barcos y que el viaje es lento. También lo hemos hecho muy lentamente porque no podíamos caminar deprisa con tanta gente. Podríamos haber hecho el de 6 horas tranquilamente. Acabamos en el mismo sitio por el que entramos: la recepción. Compramos agua y algunos recuerdos y volvemos a la habitación. No tenemos mucho que hacer y como la tele no la entendemos Javi se hecha un rato. Yo me pongo a leer y a intentar pillar internet, pero las wi-fis que hay alrededor son privadas y no puedo entrar y en la casa no hay. Un poco antes de las 5 la señora de la casa nos pica a la puerta. Nos trae unos pastelitos hechos por ella. Le doy las gracias y nos los comemos. Están buenísimos, me recuerdan un poco al apfelstrudel que probamos en Schönnbrun, en Viena, pero son diferentes.


Sobre las 6 decidimos ir al super que fuimos ayer, porque vimos que justo al lado había un bar con wi-fi, a ver si no es muy caro. Me llevo mi portátil, claro y vemos con agrado que el wi-fi es gratis, hay consumición obligatoria, pero ya ves que problema porque con la calor que hace apetece algo fresquito. Hay más portátiles que son del bar y se pueden utilizar. Javi y yo nos ponemos los dos en una mesa cada uno con un portátil y nos pasamos el resto de la tarde allí, yo contando a mi familia con un mail estos tres últimos días y enviando fotos; Javi en el messenger y mirando cosas por Internet. Lo único malo es que allí no tienen aire acondicionado y estamos chorreando. A eso de las 8 ya nos vamos a la habitación de nuevo a ducharnos, cenar y dormir.

3 comentarios:

  1. Espectacular ... !!
    Saludos desde Chile.

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  2. ¡Maravilloso!
    Yo voy a ir en Julio y quiero hacer el itinerario largo que comentas ¿me podrías decir si en la entrada del parque hay algún super para comprar bocadillos y bebidas frescas?
    Saludos desde Madrid!!!!

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  3. Hola, la única manera que tengo de responderte es a través de aquí, ya que no me has puesto ningún e-mail. Pues si lo haces te va a encantar. De verdad que es un país maravilloso y los lagos en especial, son una auténtica pasada. Verás que en la entrada del parque donde compras las entradas puedes comprarte bocadillos y botellas de agua, y todo lo que necesites. Pero de todas formas una vez que pases un lago grande con un barco ecológico que lo cruza, llegarás a un sitio donde hay un restaurante y ahí también podrás comprar bocadillos y bebidas. De todas formas, si queréis comer, os lo recomiendo porque no es nada caro y está bastante bien, la verdad. Si tenéis cualquier duda, si queréis poneos en contacto conmigo en olga070882@hotmail.com.

    Saludos desde Barcelona!!

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